¿Es la gestión de datos beneficiosa para todas las partes?

• Juez Alonso: Señor Tola, se le acusa de poseer demasiada información de sus clientes. ¿Como se declara?
• Sr Tola: Inocente Señoría. La información, con una gestión de datos adecuada, nunca es demasiada.
• Juez Alonso: Expliquese, por favor, Sr Tola.
• Sr. Tola: Señoría, la información, es decir, los datos, son un activo de las empresas que les permite alcanzar unos objetivos cada vez más ambiciosos y necesitan, para poder alcanzarlos, una gestión de los datos cada vez más adecuada.

Gestión de datos y su importancia ante el gran volumen 

Los datos siempre se han generado, aunque nunca antes tantos como ahora. Vivimos rodeados de sensores que hacen que el volumen de información recogida en el mundo se duplique en unas pocas semanas. Y toda esa información hay que recogerla, tratarla, almacenarla, analizarla y poder modelizar casos de uso que hagan toda la gestión del dato rentable para las compañías y segura para los clientes.

Esta gestión de datos correcta permite a las empresas acercarse a los clientes de una manera menos intrusiva llegando, en el extremo ideal, que es nuestro objetivo, a ponernos en contacto solo cuando el cliente tenga una necesidad que podamos cubrir. Poder descubrir ese momento vital y llegar a ofrecer solo a aquellos quienes lo necesitan exactamente lo que mejor cubre sus necesidades y únicamente por el canal al cual son más afines.

• Juez Alonso: ¿Está Ud. sugiriendo que el BIG DATA y una correcta Gestión de datos pueden generar beneficios para los clientes?
• Sr Tola: Sin duda, Señoría. Me atrevo incluso a hablar del BIG DATA como una herramienta social para facilitar la vida a los clientes y su coexistencia con las empresas.

Creación de vínculos gracias a los datos 

Desde que somos, es decir, desde el origen mismo de nuestra naturaleza humana, hemos necesitado asociarnos. Crear vínculos íntimos que den frutos de prosperidad, de continuidad, de simbiosis. En busca de este vínculo, los grandes conquistadores dominaban diferentes técnicas de atracción. En función de su amante seleccionado, depuraban y personalizaban su técnica. No todas las personas se sienten atraídas por los mismos estímulos. Los grandes conquistadores siempre han sido quienes han sabido adaptarse a los gustos, necesidades u objetivos de sus seres deseados.

A algunas personas les atrae la conquista desde la indiferencia. Tener el control y la decisión. Llevar el flujo. No sentirse seguidos, permaneciendo en un discreto segundo plano hasta que se sienten preparados y les alcanza el deseo.

Otras, en cambio, no se plantean dar un paso adelante. Se ven empujadas por una secuencia de mensajes, señales, imágenes que tantas veces valen más que mil palabras. Caen rendidos a la insistencia, al agasajo. No buscan, pero con gusto son encontrados.

Y, entre medias, toda una gama de experiencias y gustos.

Las relaciones de las empresas con los clientes, y sus acciones comerciales son como las relaciones humanas. No todas son necesarias, pero sí que pueden y deben ser simbióticas, reportando un beneficio mutuo. Igual que en el amor humano, al principio ni siquiera sabes que lo necesitas, pero acaba por ser de absoluta necesidad mutua.

La empresa siempre tiene el rol del conquistador. Como Casanova o Madame de Merteuil luchando por conquistar los corazones de los clientes. Y nosotros, los clientes, somos los amantes deseados. Y como los amantes, no todos somos de la misma manera y no reaccionamos a los mismos estímulos. A algunos nos gusta llevar la iniciativa, tomar las riendas, llevar el control. Buscar frente a ser buscados. Somos carne de canales Pull y somos permeables en cierta manera al marketing tradicional. No nos importa recibir comunicaciones en medios tradicionales o comunicaciones postales.

El Big Data y una correcta gestión de datos permite a los clientes a través de infinidad de sensores (los tradicionales teléfono móvil, Internet, Apps y ahora el inmenso mundo del Internet de las cosas) comunicarse con las empresas. Se convierte por tanto desde este momento en una obligación de las empresas gestionarlas con seguridad y conseguir que redunde en un mejor servicio.

Y, una vez que nos hayamos casado empresa y cliente, hay que cultivar esta relación simbiótica, fortaleciéndola, y acabará dando nuevos frutos siendo lo más importante que el vínculo que se ha creado no lo separe la competencia.

• Juez Alonso: Ante tales argumentos, yo le declaro a Ud. inocente de la acusación de disponer de demasiada información y declaro que lo que ustedes hacen es bueno para las empresas, organismos y la sociedad.
• Sr Tola: Gracias, Señoría.

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