La IA se ha llevado mi queso. El futuro de la inteligencia artificial

Para la mayoría, la presentación de Chat GPT ha sido todo un descubrimiento en lo que se refiere a la inteligencia artificial con posibles aplicaciones en múltiples ámbitos. Para los que venimos usando aplicaciones de IA desde hace un tiempo, la llegada de esta nueva aplicación es un paso más en el avance fulgurante en esta tecnología.

Si el metaverso generó mucha expectación, sobre todo por el cambio de nombre de Facebook a Meta, la verdad es que no consigue despegar del todo por una serie de limitaciones tanto de hardware como de software y de contenidos.

En cambio, la IA ha pasado de ser una tecnología para grandes empresas a estar disponible, incluso de manera gratuita, para cualquier persona con una conexión a Internet.

Si no es divertida o cool, ninguna tecnología se masificará

Viendo los anuncios que promueven el metaverso que quiere plantear Meta, se puede entender que es una tecnología fantástica para la agricultura, la enseñanza o la medicina, entre otras actividades «serias».

Si se recuerda, el ascenso de Tik Tok durante la pandemia se debió a que esta red social resultaba entretenida, divertida y molona. Algo parecido está ocurriendo con la IA en diferentes formatos: tan pronto te escribe un poema contra el calentamiento global al estilo de Bob Dylan como transforma un puñado de tus selfis en bustos de Bernini esculpidos en mármol negro o te convierte en un guerrero elfo o en un combatiente de la primera guerra mundial.

Los famosos han comenzado a «jugar» con diferentes aplicaciones que utilizan IA para generar todo tipo de imágenes y eso ha impulsado que se conozca (y se utilice) entre capas cada vez más amplias de la población.

El uso de aplicaciones de generación de texto también está siendo promovido por los medios, lo que ha llevado a mucha gente a descubrir una herramienta que les «hará los deberes». Su bajo coste, aunado a su creciente calidad, hará que en los próximos años resulte prácticamente imposible distinguir un escrito original de uno generado por la inteligencia artificial.

Un futuro sin ilustradores, periodistas, montadores de vídeo ni locutores

Algunas personas se han apresurado a afirmar que la IA sustituirá no solo a trabajos de bajo valor añadido, sino también a profesiones liberales que requieren un saber avanzado y factual de diversas áreas del conocimiento.

Lo más probable es que la IA comience inundándolo todo con contenidos de nivel medio y que, conforme avance el tiempo, convivan piezas de mayor calidad con creaciones humanas. Será difícil, aunque no imposible, que la IA sustituya por completo al ser humano, ya que se basa en un aprendizaje continuo a partir de insumos externos y no de experiencias directas o de ideas nuevas.

En el camino, muchos ilustradores, periodistas, montadores de vídeo o locutores, entre muchos otros profesionales, perderán su trabajo y tendrán que reciclarse en otras profesiones. Se insistirá en que la IA ha dado más tiempo libre para elaborar estrategias… pero incluso esta área está siendo copada por las máquinas.

Tampoco es del todo cierto que sobrevivirán los mejores, ya que, para destacar en cualquier actividad, se requiere experiencia y la IA copará los trabajos más básicos, en los que los jóvenes profesionales adquieren experiencia. Sin poder foguearse en tareas elementales, ¿cómo van a mejorar?

No quiero pintar un mundo apocalíptico en el que las máquinas harán que desaparezcan millones de trabajos, porque puede ser que surjan otros que aporten viabilidad e incluso prosperidad a muchas personas. Lo que está claro es que primero debemos ser conscientes de lo que la IA implica o nos quedaremos sin nuestro «queso», tal y como planteó Spencer Johnson en su ya clásico libro de 1998.