
4 modelos organizativos para la gestión de proyectos
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- Septiembre 2022
- Fecha de publicación
- Septiembre 2022
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Gracias a las tecnologías de la información y la comunicación, las organizaciones disponen de un caudal infinito de datos en tiempo real. Es esta cantidad de datos la que está obligando a la dirección de las empresas a adaptar sus modelos organizativos para hacerlos más eficientes, eficaces y competitivos.
Los modelos organizativos crean un lenguaje común que puede tener unos efectos de largo alcance en toda la organización. Mientras la dirección evite los peligros de la autosatisfacción y se dedique al aprendizaje de forma continuada, los modelos desempeñarán un papel significativo en el crecimiento de las organizaciones.
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Un buen modelo organizativo debe perseguir:
- Identificar los datos críticos.
- Rechazar lo que no tenga relación con la tarea o actividad en estudio.
- Facilitar un marco operativo para el análisis de la información obtenida.
- Aportar eficacia para tomar decisiones.
¿Qué tipos de modelos organizativos existen?
Las principales formas organizativas se pueden clasificar en cuatro apartados:
- Modelo lineal (simple)
- Modelo lineo-funcional (complejo-clásico)
- Modelo matricial (complejo-clásico)
- Modelo en trébol (nuevo)
A continuación, te explicaremos de manera detallada y concisa cada uno de ellos y cuáles son los beneficios que pueden llegar a aportar a las empresas.
Modelo lineal (simple)
Está basado en el principio de jerarquía y en una unidad de mando que tiene el poder absoluto de decisión. Se trata de un modelo piramidal y se suele dar en empresas de gran tamaño, aunque también es válido para empresas pequeñas y medianas. La estructura de la empresa responde al siguiente esquema:
- Director general. Omnipresente y por encima de todos. Con capacidad de decisión plena.
- Directores de sección. Aquí encontramos las tres patas fundamentales de cualquier empresa: el director comercial, el director de operación y el director financiero, que rinden cuentas directamente al director general.
- Jefes de departamento. Están por debajo de los directores de sección y son los jefes de compra y venta, los jefes de planta y mantenimiento, y los jefes de tesorería y contabilidad.
- En la base de la pirámide encontramos a los empleados y obreros de cada uno de los departamentos.
Es un modelo organizativo que no tiene excesiva sofisticación en lo técnico y que se basa en la supervisión de tareas por áreas y en el control de los resultados. Lo que se persigue es que los costes de funcionamiento no sean muy elevados. Entre las desventajas se puede apuntar al exceso de concentración de autoridad y la rigidez de la estructura.
Modelo lineo-funcional (complejo-clásico)
Es un modelo mixto que combina el diseño vertical con el horizontal para aprovechar las ventajas de ambos. Mantiene una estructura central basada en la jerarquía, sobre todo a la hora de ejecutar y supervisar los flujos de trabajo. Pero además se desarrolla una estructura de departamentos directivos y de asesoramientos en busca de una mayor especialización y eficiencia de la organización. Así, encontramos la siguiente estructura:
- Director general.
- Director de planificación, director de marketing y director de informática, que rinden cuentas directamente al director general.
- Director adjunto que sirve de filtro y paso intermedio a los directores comerciales, de producción y financiero.
- Asesor jurídico, que aparece separado del resto de la organización, pero que rinde cuentas directamente al director general. También trabaja codo a codo con el director financiero.
El principal inconveniente de este modelo organizativo es la excesiva burocracia que comporta y el elevado número de expertos y asesores que nos podemos encontrar. Esto eleva los costes y dilata los procesos de respuesta ante cualquier problema.
Modelo matricial (complejo-clásico)
El objetivo de este modelo es crear dos o tres dimensiones, en función del tamaño de la empresa, para organizar y estructurar la dirección de la organización. Se estructuran según los productos o proyectos que tienen y, en algunos casos, según los mercados o los clientes.
El objetivo que se persigue es responsabilizar a los diferentes directivos (ya sean de producto, proyecto, mercado o cliente) para que coordinen los procesos de trabajo y se cumplan los objetivos. De este modo, cualquier empleado informa a dos o tres jefes, cada uno de ellos especializado en una materia, y lo que se consigue es que el trabajador entienda y comparta los objetivos de la empresa mientras se aumenta la eficacia.
Como inconvenientes destacan una mala coordinación y un reparto poco equitativo entre los roles de la empresa (que una dirección tenga más poder que otra).
Modelo en trébol (nuevo)
Es más propio de pequeñas y medianas empresas, al ser más sencillo poner en práctica estas técnicas de gestión compartida. Basado en el trabajo en equipo, promulga la motivación, la comunicación interna y la participación.
En este modelo, la empresa se estructura a partir de un núcleo central donde se ubica la dirección. A partir de ahí nacen las distintas hojas del trébol:
- Núcleo profesional: Formado por trabajadores profesionales, técnicos y administrativos de la empresa.
- Margen contractual: Son las empresas y personas subcontratadas.
- Trabajo flexible: Trabajadores a tiempo parcial o temporal que forman parte de la empresa de manera puntual.
- Clientes: Es propio de negocios y empresas donde se ayudan del propio cliente, como ocurre en la banca, con las gestiones por Internet o los cajeros automáticos, las gasolineras e incluso los supermercados (cuando pesas la fruta, por ejemplo).
Os recomiendo que no dejéis de actualizaros en las últimas tendencias y adquiráis los conocimientos adecuados sobre qué es la gestión de proyectos y los modelos organizativos. Os invito a que miréis detenidamente el Máster en Gestión de Proyectos y Metodologías Ágiles.
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