Marketing 360: “Hágame usted una web”

Supongamos que hablamos una pequeña empresa de consultoría, aunque repleta de grandes profesionales que se pasan al lado oscuro de ser autónomos. Éstos se enfrentan habitualmente a clientes, que les demandan, casi siempre, un cambio de estrategia, una transformación, o mejor dicho, una adaptación digital, que involucre a todos los estamentos de la compañía, desde el consejero delegado hasta el último becario que acaba de aterrizar por allí.
Una estrategia de Marketing 360 que abarque a todos los departamentos y que afecte a la toma de decisiones, que ponga en valor los atributos de producto, la excelencia, su calidad.
Bien, este suele ser el briefing que recibimos, y cuando llegas a la reunión, con un Power Point de 20 diapositivas, te sueltan… “empecemos por la web”. Entonces, ni Marketing 360, ni herramientas, ni plataformas, ni organización ni sistemas.
En los últimos años, hemos vivido grandes retos en el Marketing digital, y grandes amenazas. El efecto 2000, del que ya nadie se acuerda, el crack de la burbuja tecnológica, Lehman Brothers o la salida a bolsa de Facebook.
Ahora ya nadie habla del “proyecto 2020”, que decía que el año que viene todos deberíamos estar digitalizados, pero sí de que los robots nos amenazan nuestro puesto de trabajo.
 

Marketing 360: Construyendo desde el principio 

 
Vemos, en nuestro día a día, multinacionales que no tienen redes sociales, empresas sin webs, pymes que no saben qué CRM utilizar (si llegan a plantearse esta cuestión), o autónomos autodidactas que se enfrentan al SEO como prueba-error.
Ahora bien, quizás sea éste, cuando no tengo nada, el mejor momento para actuar sobre el digital, para plantear una estrategia puramente y esta puede ser la clave, orientada al usuario, al consumidor, al cliente, a mi prescriptor.
El no tener nada, como ocurre muchas veces, o no tener una estrategia digital aún definida (que también pasa), es una oportunidad de empezar de cero, y poner en valor lo que realmente importa, mi usuario.
La estrategia digital, permitirme la arrogancia, no va de tener una web, plataformas, sistemas y data. Va de poner al usuario en el centro.
Todos tenemos un smartphone, usamos redes sociales, conexión a internet, y queremos vivir experiencias, que la relación con las marcas sea natural, la conversación con las empresas fluida, que me generen espacios de relación, y que me ofrezcan un precio y unos servicios adecuados a la realidad social.
 

Marketing 360: El usuario siempre en el centro 

 
Si yo pienso en mi cliente, en mi usuario, en mi prescriptor, ya no haré una web, sino un entorno de experiencia, desde el contenido, que puede estar en redes sociales, en un blog o en un medio de comunicación. Si capto la atención del usuario, habré ganado a todo su entorno.
No va de webs, va de cómo el usuario se quiere relacionar conmigo, conocerme y si lo poco que sabe de mí le gusta, investigará, buscará y preguntará sobre mi producto y oferta. Ahora, trasladaré mi comunicación, no a lo que yo quiero hacer, sino a cómo el usuario quiere interactuar conmigo.
No hablamos entonces de multicanalidad, sino de omnicanalidad.
Creo, que si proponemos al usuario aquellas formas en las que quiere plantear su relación conmigo haremos un verdadero Marketing 360.
A día de hoy, las escuelas de negocio nos enseñan a establecer nuestro Buyer Persona y su arquetipo, tendencias de Inbound Marketing, cursos de personalización y fidelización, comunicación y conocimiento del usuario desde su propia data. Y pienso que ese es el camino.
 

Marketing 360: cambiar para sobrevivir y mejorar 

 
En un mundo global, pero despersonalizado, de guerra de precios, de una casi nula diferenciación de producto, de una comunicación basada en la oferta, girar hacia el usuario es la forma de sobrevivir, o, si eres emprendedor, de empezar por buen camino.
 
El Marketing 360 se basa en los puntos de contacto no con el usuario, sino del usuario hacia mí. Si le pongo en el centro, si me presento con cara y ojos, no despersonalizado, si le genero experiencias, podré captar su atención y me creerá, me seguirá, me comprará, y me recomendará.
Ya no hacemos más webs, sino que establecemos la estrategia del usuario en el centro, sabiendo lo que le interesa y cómo quiere que me comporte. Hacemos Marketing 360, del usuario hacia fuera.
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