Claves del uso de las apps en el móvil por parte del colectivo sénior

Las pistas y claves que se explican a continuación son parte de una investigación académica llevada a cabo por un grupo de profesores de ESIC Madrid y publicada recientemente en una revista científica internacional. Dicho estudio se centra en los aspectos positivos y las dificultades que la población de más edad se encuentra a la hora de relacionarse con la tecnología, específicamente con las aplicaciones de los móviles.

Si bien existen numerosos estudios sobre el tema de la adopción de la tecnología por los diferentes grupos de edad, la mayoría se centra en grupos de edad más jóvenes (millennials, centennials, etc.), dado su potencial como consumidores del futuro. No obstante, son escasos los estudios que abordan los grupos de más de edad para conocer cuáles son sus frenos, motivaciones, creencias, etc., de uso y consumo que la también llamada «generación silver» hace sobre aplicaciones tecnológicas como las apps de los móviles.

Sin embargo, esta ausencia de interés sobre los sénior no deja de ser paradójica si se considera el gran peso que tienen en la población actual, más del 20%, y con estimaciones en continuo crecimiento. Son, por lo tanto, una parte importante del mercado que no tienen en cuenta numerosos sectores y marcas. Este desconocimiento supone para las organizaciones desestimar importantes oportunidades de negocio que no son detectadas ni en tiempo ni en forma. Además, para la sociedad en general, dada la revolución tecnológica en la que estamos inmersos, implica el establecimiento entre los colectivos de mayor edad y el resto de la población de una brecha digital basada en un claro desconocimiento de sus problemas y necesidades.

Algunas de las claves que este estudio pone de manifiesto son:

• A pesar del supuesto desinterés y desapego del colectivo sénior hacia la tecnología, sus aportaciones no indican esos sentimientos. Al contrario: las innovaciones tecnológicas recientes son vistas como una revolución que ha afectado a su vida con profundos cambios, sobre todo en el ámbito de la comunicación, la información y el conocimiento.
• Si bien los avances tecnológicos los consideran propios principalmente de las personas jóvenes, los sénior participantes en el estudio afirman que muchos avances se han convertido en herramientas cotidianas, como el uso de Facebook, WhatsApp, Waze o las aplicaciones bancarias, lo cual pone de manifiesto una relación con la tecnología más próxima de lo inicialmente pensado.
• La utilidad y ayuda son conceptos clave en los que todos coinciden: las tecnologías móviles son un gran avance y las ventajas que proporcionan son mayores que los inconvenientes, a lo que se suma la conectividad que ofrece el teléfono móvil con sus seres queridos (familia, amigos…) permitiéndoles no quedar excluidos en el día a día.
• La facilidad de uso, la navegabilidad y la usabilidad son requisitos que la tecnología debe cumplir. Menús intuitivos, carga rápida de los contenidos o pocas pantallas de transición son algunos de los ejemplos que los participantes destacan.
• Sus principales frenos para utilizar las apps, y la tecnología en general, tienen que ver con el miedo, el respeto o incluso la sensación de incapacidad ante los cambios tecnológicos; también el miedo a perder el control sobre sí mismos como consecuencia de su uso.
• Es destacable su discrepancia frente a otras generaciones sobre el papel que la influencia social tiene en este segmento. Así, frente al uso generalizado de los comentarios anónimos vertidos en las redes sociales e Internet por otros usuarios considerados iguales, los sénior manifiestan una clara desconfianza de estas opiniones, consideradas sesgadas. Es decir, se muestran escépticos sobre las «supuestas» recomendaciones y comentarios de otros iguales.
• Por último, el componente seguridad/confianza, que en otros colectivos se empieza a superar, para ellos sigue siendo un factor clave. Esta desconfianza se manifiesta en la percepción de falta de privacidad Así, normas, políticas y procedimientos efectivos aumentarían la confianza de los consumidores sénior y, por ende, disminuirían el riesgo que estos perciben. El consumidor de mayor edad se sentiría más confiado y seguro si las empresas y las instituciones incidieran en estos aspectos.

En definitiva, el colectivo sénior ofrece un perfil mucho más interesado y cercano a la tecnología y en concreto al uso de las apps en el móvil de lo que se cree. Con ganas de aprender, de ser escuchado y de que las empresas se dirijan a ellos, suponen un importante segmento del mercado que el resto de la sociedad tampoco debe ignorar.

Susana Fernández-Lores, con más de veinticinco años de experiencia profesional en diferentes agencias y empresas del ámbito de la publicidad y la comunicación, en la actualidad es profesora e investigadora a tiempo completo en ESIC University. Juan Antonio Márquez compagina su labor como docente con la dirección del área de Estudios Multicliente de Inmark Europa. Su trayectoria de más de 20 años en el mundo de la consultoría le proporciona una amplia experiencia en España, Portugal y LATAM. Por último, la profesora Silvia Villaverde es directora de Consumer Insights en NielsenIQ España y Portugal, compañía en la que tiene una experiencia de 20 años gestionando proyectos locales e internacionales realizados en Europa, Asia y América.

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