Importancia de la visión estratégica en una empresa: ejemplos

Afirmaba Mario Benedetti que «cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, cambiaron todas las preguntas».

Desde 2020, estamos inmersos en un entorno de continuo cambio. Era muy difícil acumular un número tan grande de acontecimientos extraordinarios tanto por su magnitud como por su impacto en la vida empresarial y cotidiana de todos los usuarios. Sin haber compensado aún el efecto económico de la pandemia, la guerra de Ucrania y la consiguiente crisis energética y de inflación nos sitúan en un entorno donde la renta bruta disponible de las personas se verá seriamente mermada. Además, las inversiones empresariales sufrirán un recargo adicional derivado de la subida de los tipos de interés.

En un entorno tan cambiante cobra mayor importancia todavía la visión estratégica en la empresa: una visión estratégica como capacidad de anticiparse al futuro más próximo no solo desde la intuición, sino apoyándose en un proceso vivo, dinámico y retroalimentado de planificación estratégica; un proceso que nace desde un liderazgo transformador y arropado por una organización que comparte rumbo y objetivos. Es necesario reducir los grados de incertidumbre con un certero análisis externo e interno de la empresa que fije de nuevo el rumbo. La mayoría de las empresas se encuentran en un proceso de actualización de sus planes estratégicos. 

Saber aprovechar las oportunidades como parte fundamental de la visión estratégica

Los directivos empresariales no pueden dejarse abrumar por las noticias negativas. Después de todo acontecimiento negativo surgen oportunidades donde las empresas alcanzan su ventaja competitiva. Los cambios en el entorno repercuten en la realidad empresarial. Si la pandemia aportó grandes avances en los niveles de digitalización de las empresas, el impulso del trabajo en remoto y la constatación de que la investigación y la innovación abierta son capaces de resolver en tiempo récord los grandes problemas de la humanidad, la guerra de Ucrania va a catapultar la economía verde e impulsar la generación de energía de fuentes renovables.

Además, ambos acontecimientos han puesto en entredicho las bondades de la globalización. Los factores geopolíticos han adquirido mayor importancia que nunca y ha aumentado la necesidad de no depender de terceros países en relación con los sectores críticos. China ha resuelto muchos de los problemas actuales del mundo occidental, pero ahora ejerce un papel mucho más dominante y es prioritario aliviar un poco nuestra dependencia comercial y tecnológica.

Posibles ventajas competitivas que nos puede ayudar a identificar

Con este panorama, las empresas deben establecer su hoja de ruta para estos tiempos convulsos apoyándose en alguna o en todas las palancas que de forma genérica son fuente de ventajas competitivas:

• La digitalización como herramienta para mejorar la eficiencia de los procesos y la automatización de las operaciones manuales.
• La mejora de la experiencia de cliente como forma de dejar una huella emocional en los clientes y asegurar su permanencia con la marca no solo como elemento de diferenciación sino como un intangible que aporta valor a la organización.
• Otra palanca de ventaja competitiva reside en la mejora de la experiencia de empleado. Esa mejora supone grandes beneficios tanto para la empresa como para el empleado, que a cambio le entrega su mejor versión y se convierte en ese gran activo intangible con el que cuenta para llevar a cabo su planificación y alcanzar sus objetivos.
• El dato como elemento estratégico para explorar y explotar las oportunidades que surgen de la recolección, el manejo y el análisis de datos en la mejora de los costes y en el rediseño de productos o servicios. Las empresas ponen los datos y su análisis en el centro de su estrategia empresarial reformulando su modelo de negocio.
• También hay que mencionar la oportunidad que supone el conocimiento que aportan las patentes y la vigilancia tecnológica, que son una de las palancas de ventaja competitiva más desconocidas.
• Por último, pero no menos importante, las empresas deben acudir a la innovación y al conocimiento para encontrar esa ventaja competitiva. No es necesario tener un departamento de innovación para ser una empresa innovadora. Existen multitud de ecosistemas de innovación abierta donde encontrar soluciones rápidas aportadas por startups u otras empresas que resuelven retos empresariales.

Las empresas no solo deben ser capaces de apoyarse en las palancas adecuadas tras un correcto análisis externo e interno, sino que además deben garantizar que, una vez establecido el rumbo correcto, el barco no se va a escorar con la primera tormenta. La planificación visión estratégica no es solo para las grandes compañías; cualquier empresa, negocio o profesional debe considerarla dentro de sus procesos clave de negocio. En tiempos como los actuales puede catalogarse como un verdadero manual de supervivencia.

La visión estratégica forma parte de la cultura empresarial

La planificación estratégica es un proceso mediante el cual se involucra a toda la organización para determinar de manera conjunta los objetivos, las metas y los planes de acción para un horizonte temporal de dos o tres años, que conducirán al alcance de los objetivos estratégicos. Dicho proceso se completa mediante herramientas para facilitar su implantación y control.

El éxito al implantar la planificación estratégica reside habitualmente en la cultura empresarial y en la capacidad de la compañía para mitigar las resistencias al cambio. Es fundamental saber qué tipo de empresa eres, a qué te dedicas, cuál es tu razón de ser en el mercado, cuál es el problema que resuelves o la necesidad que satisfaces con tus servicios o productos. La planificación estratégica ayuda a determinar el rumbo, la velocidad y las etapas del viaje para cumplir tu misión y visión.

Os recomendamos que no dejéis de actualizaros en las últimas tendencias y adquiráis los conocimientos adecuados sobre cuál es la importancia de la visión estratégica en una empresa. Os invito a que miréis detenidamente el Programa Integral de Desarrollo Directivo