Impactos en la supply chain: Las tendencias que rompen con lo conocido

Nunca, desde la Segunda Guerra Mundial, se ha producido una disrupción de la cadena de suministro atendiendo a la definición dada por la Real Academia Española: «Rotura o interrupción brusca».

 

También es verdad que lo que entendemos por cadena de suministro y su concepto se lo debemos a Keith Oliver, que lo acuñó en 1982 (sí, aquel año, la selección española de fútbol cayó también en segunda ronda), aunque el término aparentemente se utilizó por primera vez en 1905 en el diario The Independent (Benjabutr, 2013), pero en un contexto que poco se parece al actual.

 

Claro que el mundo, en aquel lejano 1982, no se parecía al actual y, a pesar de todo lo sucedido en estos 40 años, nada ha alterado tanto las cadenas de suministro como la pandemia de covid-19.

Supply chain 4.0

Las cadenas de suministro 4.0 (denominación exquisita, por cierto) establecen por definición una red de interacciones con otros miembros (internos o externos) usando el Internet de las cosas (IoT), el análisis de big data o la robotización de activos y procesos que llevan a una gestión total del dato y, por tanto, a la toma de decisiones basadas en ellos.

Pero la cuestión no es el análisis de los datos, sino qué hacer con la información.  Ahí sí creo que estamos todos de acuerdo en que deben llevar a las empresas a ser lo más competitivas posibles. La nueva competencia entre cadenas de valor. 

La tecnología como elemento clave en la gestión

La tecnología es inteligencia, ya que establece la red de conexiones que optimizan todos los espectros: desde acopio hasta producción, desde previsión de ventas hasta entrega en la última milla:

• Agilidad y precisión de los datos en la gestión de stocks y de proveedores locales e internacionales.
• Flexibilidad para la toma de decisiones que afectan a cualquier estadio de la cadena.
• Personalización: Siendo capaces de tener visibilidad (casi) en tiempo real, se pueden acometer ejercicios de adaptación a la demanda.
• Precisión: Con la visibilidad que da la tecnología, un espectro 360 permite tomar decisiones estratégicas.
• Eficiencia: Es el resultado de todo lo anterior sumado a la eficacia y a la efectividad.

La tecnología nos permitirá saber qué productos tenemos en el frigorífico y cuáles están a punto de caducar. Y la misma gestión integral de nuestra cadena de suministro nos lleva a modelos de control que acompañan a la mayor complejidad actual tanto en términos de dónde cómo de quién: de países y de proveedores; al fin y al cabo, de clientes.

¿Cómo es la gestión y la planificación de las cadenas de suministro globales?

La obtención de recursos y materias primas, la producción y la fabricación de bienes, su transporte, distribución y comercialización fuera del país de origen de la compañía son muy habituales. Al mismo ritmo con el que las fronteras tradicionales se derrumban ante las nuevas necesidades y demandas del mercado, los retos aumentan exponencialmente (sobre todo en cuestión de logística y transporte) obligando no solo a las empresas importadoras y exportadoras, sino a todas aquellas que cuenten con algún proceso implicado en la cadena de suministro deslocalizado a disponer de una estrategia logística capaz de dar respuesta a las nuevas situaciones conformadas por la globalización.

En definitiva, es un horizonte abierto a nuevos retos y necesidades para la logística internacional que podemos resumir de manera sencilla en los siguientes puntos:

1. gestión de la oferta y de los proveedores;
2. gestión de la demanda y de los clientes;
3. gestión de la producción;
4. dirección estratégica de los proveedores;
5. mejora de la gestión de los transportes.

La estrategia para una planificación mejorada de la cadena de suministro puede ser:

• planificación de la demanda basada en datos en tiempo real (o casi);
• Integración de ventas y operaciones;
• excelencia operacional;
• reducción de retrasos operativos.

Una respuesta óptima a estas necesidades la pueden ofrecer las compañías de logística internacional que empleen y ofrezcan medios de transporte intermodal combinando las vías más adecuadas para el transporte de larga distancia (aéreo o marítimo) con sistemas de transporte de distancias medias o largas (como el transporte ferroviario) y formas de transporte que permitan una mayor flexibilidad y cobertura de los puntos de distribución y la recepción de mercancías (como el transporte terrestre por carretera).

 

¿Cómo afectó el covid-19 y qué se espera del futuro en la cadena de suministros?

Como hemos visto, la gestión de la cadena de suministro (SCM) es un proceso con diversos intervinientes que comprende la planificación, la ejecución y el control de la producción. Sin embargo, algo ha venido a cambiar nuestra visión: el covid-19.

 

Sin ánimo de ser exhaustivo, algunas de las consecuencias que se han vuelto cambios estructurales en las cadenas de suministro a raíz de la pandemia podrían ser:

 

• Revelar las vulnerabilidades para productos que se consideraban estratégicos y que hemos dejado en manos de China.
• La geoestrategia y la política han entrado por primera vez en juego dentro de nuestra cadena de suministro. Una vez más, China manda.
• Nos hemos dado cuenta, muy tarde, de la concentración de riesgos en manos de un tercero. ¿China quizás?
• Las compañías están repensando la consideración geográfica de sus producciones para paliar los riesgos artificiales de socios de fiabilidad relativa.
• La definición de lo que es un producto estratégico se está elaborando de nuevo.
• La Organización Mundial del Comercio, por cierto, ni está ni se la espera; están más preocupados por la multilateralidad y, después del bloqueo, por el mecanismo del órgano de apelación por parte de EE. UU.
• La pandemia nos ha enseñado lo que ya sabíamos: la conveniencia de diversificar riesgos mediante la relocalización de la producción y las cadenas de suministro.
• Hay una creciente llamada en todo el mundo a dar prioridad a los intereses nacionales.
• La creciente desigualdad de ingresos, la inflación desbocada, la crisis energética, la guerra de Ucrania y una clase media menguante han llevado a los Gobiernos occidentales a aplicar políticas más proteccionistas.
• Se fomenta la autocrítica y el reconocimiento de que las cadenas de suministro son tan complejas que no hay manera de medir las exposiciones a países, productores, proveedores o materias primas.

 

¿Qué es entonces lo que es posible que tenga un impacto futuro mayor en las cadenas de suministro globales?

 

• inseguridad en la producción;
• inversión tecnológica;
• mano de obra y robotización;
• concentración en menor número de proveedores, pero más fiables;
• precio de la energía y las materias primas;
• dirección de operaciones flexible;
• gestión de transporte y redes de respuesta rápida.

 

Y, para el final, lo único que nos puede salvar es una gestión de la cadena de suministro:

 

• centrada en la experiencia de cliente;
• digital;
• sostenible.

 

Pero eso corresponde a otro momento.

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