Existen directores de comunicación que tienen mucha suerte y otros que viven en un sinvivir, en un estado de angustia permanente. La razón no es otra que la personalidad de su CEO o director general, de quien dependen orgánicamente. 4 tipos de CEO No hay CEO cortados por el mismo patrón; cada uno es diferente. Vamos a tratar de establecer a continuación una tipología, en función de su actitud y sensibilidad hacia el área de comunicación de una empresa.
La actitud dominante en una entrevista de trabajo cuando alguien aspira a ser seleccionado para un puesto de trabajo es la sumisión. Entra en el despacho dispuesto a no llevar la contraria a ninguna de las opiniones allí expuestas por extravagantes que sean y a mostrarse abierto a la colaboración y a la identificación con la marca, que no dejará de elogiar a la menor ocasión, dejando entrever un sentido positivo generalizado como carácter. Pero la comunicación con el candidato se extiende desde el minuto uno hasta el último.
No se concibe una empresa de éxito que no disponga de una buena comunicación interna. Hay que introducir las mejores políticas para lograr la eficacia en este aspecto, y el podcast se presenta como una herramienta original, cómoda y barata para implementar en la compañía una dinámica que traslada las mejores cualidades de la radio al mundo de la empresa: la multitarea, la emocionalidad y la credibilidad.
A menudo en las empresas se abusa del correo electrónico de diferentes maneras. Unos pecan de excesivamente parcos, y otros, desde el otro extremo, de demasiado extensos. Hay un término medio, que es el de la eficacia. Cuántas veces hemos escrito, sin pretenderlo, un correo polisémico, o sea, que favorece varias interpretaciones, incluso las contrarias. ¡En cuántas ocasiones hemos enviado copias a quien no corresponde! O, directamente, hemos dirigido mensajes críticos con alguno de nuestros jefes a los afectados, con el consiguiente “¡tierra, trágame!” adosado.