3 ejemplos de proyectos de sostenibilidad

Los recursos de nuestro planeta no son ilimitados, por lo que se tiene que buscar un equilibrio para no seguir erosionando el entorno sin que esto frene el progreso humano. Así, se desarrollan proyectos sostenibles que buscan la eficiencia energética y el respeto por el medioambiente. Pero si algo ha quedado claro ante las señales que emite el planeta es que no basta con adoptar una estrategia de sostenibilidad; hay que tener un proyecto de sostenibilidad.  

El objetivo principal de estos proyectos sostenibles es el ahorro energético y tienen en las energías y los recursos renovables a sus principales aliados. De este modo no se daña el medioambiente ni a las futuras generaciones. Para ello se estudia y analiza el ciclo de vida de los procesos productivos, buscando siempre el equilibrio entre el capital invertido y su valor a medio-largo plazo.  

Entre las características fundamentales de cualquier proyecto de sostenibilidad, encontramos estos denominadores comunes: espacios saludables, viabilidad económica y necesidad social. En los ejemplos que te presentamos a continuación se intenta reducir el impacto ambiental, eliminar los residuos más contaminantes y hacer un consumo de energía responsable. La tecnología es la aliada en estos proyectos sostenibles. 

Aquí os dejamos 3 ejemplos claros de proyectos con la sostenibilidad en mente: 

1. Tortuga guardián 

2. Viviendas prefabricadas y sostenibles 

3. Solar ear 

1. TORTUGA GUARDIÁN 

Debajo del caparazón de esta tortuga se esconde un dron con varias cámaras de vídeo, placas solares, sistemas informáticos y sensores capaces de identificar microplásticos en los océanos. Además, este proyecto, además de ser un gran ejemplo de sostenibilidad, ha sido ideado en Costa Rica y está elaborado con materiales de bajo coste. y Su precio no supera los 350 dólares.  

Bajo el caparazón, hecho a base de placas de plástico reciclado, se encuentra la red de cables, placas y el sensor del PH del agua para medir su acidez. Junto a ellos, una luz láser diferenciará los microplásticos de los microorganismos. Mientras tanto, la cabeza contiene otros dos sensores: el de temperatura y el que indica la suciedad de las aguas. 

La Tortuga Guardián está conectada por radiofrecuencia con otras, lo que permite cubrir una amplia superficie marina. Todos los datos que recogen se envían a una base situada en la costa y se comparten en una página web abierta. La separación entre ellas oscila entre los 180 y los 270 metros, y solo se necesita una conexión wifi para que funcionen.  

2. VIVIENDAS PREFABRICADAS Y SOSTENIBLES 

Hay pocas cosas más caras que comprarse una casa. Construírsela tampoco resulta mucho más barata en los últimos tiempos. En esa tesitura la compañía australiana Archiblox ha encontrado su oportunidad de negocio. Esta empresa diseña unas casas prefabricadas que son responsables y sostenible en términos medioambientales. Su principal virtud es el ahorro energético que consiguen durante su construcción. Una vez hechas, se abastecen de la energía que ellas mismas producen.  

Este proyecto de sostenibilidad, se denomina casas de carbono positivo debido a ese ahorro energético, al evitar lanzar a la atmósfera más de 1.000 toneladas de CO2. Esto lo consiguen gracias a la instalación climatológica geotérmica que llevan incorporada y a las ventanas de termopanel. Estas últimas conservan más el calor y facilitan un ahorro de calefacción en invierno, así como una mejor refrigeración en verano. Esto tiene efectos en la factura eléctrica, que se ve claramente reducida.  

Además, se pueden añadir cubiertas ajardinadas en el techo y placas de energía solar térmica y fotovoltaica, lo que permite que todas las energías consumidas sean renovables. Por último, también es posible reciclar las aguas grises (procedentes de duchas, bañeras y lavabos, que presentan un bajo contenido en materia fecal) para diferentes usos.  

3. SOLAR EAR 

Se trata de un proyecto de sostenibilidad revolucionario que utiliza la energía solar para que los más desfavorecidos puedan oír. Los audífonos son una tecnología bastante cara que necesita un mantenimiento y revisiones, por lo que muchas personas no se la pueden permitir, sobre todo en Botsuana, donde surgió este proyecto que posteriormente se desarrolló en Brasil y China. Sucedió en 2002, cuando Howard Weinstein, con la ayuda de la ONG canadiense World University Service, diseñó un pequeño audífono que funcionaba con energía solar.  

Solar Ear se configuró desde el principio como un negocio social sostenible. Esto fue gracias a sus baterías recargables con energía solar y con una vida útil de dos a tres años. Para fomentar el acceso de los más desfavorecidos, el aparato se vende a un precio muy bajo, ya que se busca paliar la sordera en países en vías de desarrollo. La empresa también tiene ese compromiso social con las personas con problemas de audición, favoreciendo su inclusión laboral en la organización. Así, los propios empleados son también usuarios.  

Las baterías recargables reducen el impacto medioambiental a la hora de producirlas y también la contaminación cuando se desechan. Solo en el continente africano ya ha ayudado a más de 10.000 familias que han adquirido uno de ellos.  

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