En un mundo pre-digital los modelos tradicionales de gestión consistían principalmente en medir los resultados que se obtenían en el mercado y encontrar puntos de mejora que les permitieran ser más eficientes. Estos procesos llevaban mucho tiempo y la innovación empresarial proporcionaba largos períodos de diferenciación en el mercado.
Actualmente Facebook cuenta con más de 23 millones de usuarios de los cuales el 72% tiene una actividad mensual con un promedio de más de 300 amigos en España. El mundo social genera más de 500 millones de tweets, 80 millones de fotos en Instagram y 300 horas de video en Youtube a diario*.
Debido a mi rol como inversor profesional en startups, a menudo se acercan a mí emprendedores potenciales a pedirme opinión sobre una idea innovadora que les ronda la cabeza, a lo que siempre les respondo: “No opino sobre ideas”. Y no penséis que es pereza o arrogancia, es simplemente que, como muchos otros antes de mí, he llegado a la conclusión de que es imposible determinar a priori si una idea innovadora es buena o mala. Dejadme que me explique.
No hay excusas para un mayor sentido de la urgencia en las organizaciones del ámbito de la gestión y Marketing Sanitario.