Cuando hablamos de este concepto mucha gente suele pensar directamente en la enseñanza a distancia, o bien nos lleva a nuestra infancia y pensamos en que los niños de ahora van con tablets o bien ordenadores. No obstante, ¿Qué partido le podemos sacar a las nuevas tecnologías en la educación? Lo vemos en función de algunas perspectivas:
Las empresas que disponen de equipos comerciales envían continuamente a sus vendedores a cursos para saber negociar, vender más y captar clientes. De hecho, hay multitud de metodologías en el mercado. Pero éstas no acaban de tener un impacto realmente diferencial. Las expectativas casi nunca se alcanzan, incluso cuando los vendedores se esfuerzan sinceramente en cumplir el método. ¿Qué es lo que puede fallar?
Luz, colores, mobiliario, música, pantallas, vestuario de las dependientas… Por mucho que nos sorprenda, la elección de esta serie de elementos en un establecimiento no se rige simplemente por una línea estética, sino que obedece a directrices incluidas en una estrategia de marketing sensorial.
Pero, empecemos por el principio. Y para eso, vamos a rescatar dos antiguos términos, hoy de capa caída pero muy útiles para saber de dónde venimos: Above The Line y Below The Line. Simplificando, el above englobaba a los grandes medios masivos y con una segmentación de pincelada gruesa: tele, radio, prensa, vallas y muppis.