Datos por todas partes. Las nuevas tecnologías nos están permitiendo registrar cada vez más datos. Y las empresas están cada vez más interesadas en recoger esos datos para detectar patrones, lo que se traduce en la detección de hábitos de actuación y de consumo.
La confluencia de un entorno multigeneracional, con la mezcla de generaciones X, Y y Z, conjuntamente con la evolución tecnológica, ha provocado un cambio en nuestra forma de vivir y, por extensión, en nuestra forma de trabajar. Sin embargo, este cambio no está incrementando ni la productividad laboral ni la de las organizaciones. Ante esta situación, el auténtico reto de la Transformación Digital es redefinir, gracias al uso de la tecnología, las relaciones y los procesos con los elementos, tanto internos como externos, de las organizaciones.
La imparable digitalización que están sufriendo todos los sectores económicos durante los últimos 30 años se está acelerando gracias a tecnologías como el Internet de las Cosas o la informática en el Cloud. El sector industrial por ejemplo, ya empezó hace unas décadas a digitalizar y automatizar procesos en una búsqueda continua de mejora de eficiencia y competitividad.
En los últimos años se ha escrito mucho sobre los usos de Big Data, inteligencia artificial (AI) y cloud computing. El vínculo entre estos tres factores con las herramientas de Business Intelligence (BI), las plataformas de escucha en redes sociales y las soluciones CRM omni-channel es cada vez más fuerte, e impacta seriamente en la experiencia de cliente.