Una de las consecuencias que ha traído aparejada la tecnología es la automatización de gran parte de los procesos de trabajo. Desde la incorporación de las herramientas de automatización de marketing, los plazos para realizar trabajosas y tediosas acciones repetitivas (contestar mails, actualizar redes sociales, etc.) se han acortado. Y lo que es más importante, han permitido tener más tiempo para aplicarlo en acciones de valor.
El mundo empresarial cada vez es más competitivo, y si nos centramos en determinadas industrias, esta competencia puede incluso ser mayor. Por ello, las marcas deben poner todos sus esfuerzos en diferenciarse frente a la competencia y destacar por encima del resto de marcas. Y es que no hay duda de que, de primeras, no hay mejor manera de atrapar a alguien que entrarle directamente por los ojos.
Para que un proyecto, empresa o producto prospere y funcione hay una figura que resulta fundamental. Se trata del jefe de ventas o gerente de ventas, cuya responsabilidad recae en planificar y organizar el trabajo de los empleados que tiene a su cargo. Ese equipo de ventas tiene que cumplir los objetivos empresariales teniendo en cuenta el presupuesto destinado a tal fin. Estos jefes de ventas también deben supervisar el trabajo de su equipo durante todo el proceso.
¿Alguna vez has oído hablar de las siglas “PMO”? Provienen del inglés y quieren decir Project Management Officer. En español se traduce como “gestor de proyectos” o persona que se encarga de coordinar la ejecución de los proyectos que desarrolla una compañía. Es una figura clave para el control y la toma de decisiones en cada fase del proyecto, además es necesario que sea comunicativa y esté orientada al análisis y la resolución de problemas.