Un deep fake es un vídeo en el que se muestran imágenes falsas, habitualmente del rostro de una persona, que parecen ser reales y que se han producido utilizando inteligencia artificial; en concreto, se trata de técnicas de machine learning denominadas deep learning (aprendizaje profundo), que utilizan algoritmos de redes neuronales.
Hace unas semanas Alberto, científico de datos de PredictLand, me comentaba las preocupaciones de un viejo amigo suyo que se dedica al seguimiento y control de ciertos KPI en el sector bancario. Le inquietaba uno de los nuevos pasos que se estaban llevando a cabo en su compañía como parte del minucioso y estructurado plan de digitalización de esta.
Con una tiza cuadrada y escribiendo en la pizarra «marketing, luego existo» comenzaba todas sus clases un profesor que tuve en mi comienzo en la universidad. Difícilmente se podría imaginar en aquel momento que una tecnología como la inteligencia artificial (IA) podía influir de forma tan radical en los modelos de negocio, procesos de ventas, comportamientos de los clientes y, en consecuencia, en las estrategias de marketing.
Este verano, durante una jornada con un grupo de directivos, uno de ellos mostraba su frustración a la hora de impulsar iniciativas de transformación digital en su empresa. Tras conversar con él para entender la situación, expreso claramente el problema: «Me resulta muy difícil llevar a la práctica acciones concretas utilizando nuevas tecnologías».