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ESIC News

Valencia
abril 2020

Las 10 competencias humanas que aporta la formación en remoto

Publicado por: Valencia

La asistencia a los cursos de Grado y Postgrado online en ESIC Valencia roza el 90% tras la primera semana de implantación

Tras una semana de intensa actividad docente online, el campus de la Comunidad Valenciana de ESIC Business & Marketing School ha realizado un balance de la implantación de sus nuevas herramientas para el aprendizaje en remoto. Una metodología que se ha conseguido gracias a la herramienta ‘Zoom’ y mediante la que se ha alcanzado un porcentaje de asistencia que roza el 90%, tanto en Grado como en Postgrado.

En el marco de este nuevo método de docencia online, la profesora de Liderazgo y Estilos de Dirección en Grado, Raquel Davó, ha desarrollado un Decálogo de las 10 competencias humanas que aporta la formación en remoto, gracias al análisis de las nuevas competencias que están desarrollando los alumnos de ESIC.

En su opinión, “la situación actual que estamos atravesando está suponiendo el mayor experimento mundial de teletrabajo, y no se trata de una situación puntual que dejará de existir en cuanto todo vuelva a la normalidad. Es obvio que su implantación es ya una realidad tanto presente como futura en nuestro entorno empresarial”. Para Raquel Davó, “desde el punto de vista del desarrollo del talento, el escenario no podía ser más favorable para hacer emerger y favorecer las bondades que esta forma de trabajar nos van a aportar”. Es en este punto, donde radica el Decálogo de las 10 competencias humanas que aporta la formación en remoto:

1.-  Trabajo en equipos descentralizados: Trabajar con equipos deslocalizados es una realidad presente y aporta una enorme facilidad con la que podemos generar vínculos de comunicación cercanos y habituales.

2.- Empatizar: Ser conscientes de que la tecnología pone barreras en ciertas capacidades humanas, como la identificación emocional o el lenguaje no verbal, por lo que somos más conscientes de reforzar nuestros mensajes para hacerlos más comprensibles y fáciles para los demás. Y que es necesario ‘hablar de emociones’ con el equipo para humanizar nuestra comunicación.

3.- Ambición por el aprendizaje: Abrir la posibilidad de incorporar nuevas herramientas que pueden favorecer el trabajo de todos es un reto que nos motiva y activa nuestra curiosidad, además del deseo de ayudar y facilitar los procesos de otros.

4.- Inteligencia práctica: Capacidad de resolver con éxito problemas a los que antes no nos habíamos enfrentado nos fortalece como personas.

5.- Feedback continuo: Incorporar una comunicación continua, porque somos más conscientes de que es necesario reforzar los vínculos y la conexión humana.

6.- Responsabilidad: El hecho de trabajar en remoto y tomar mayor conciencia de que los   objetivos son compartidos, refuerza la pertenencia y el trabajo en equipo. 

7.- Adaptación Ágil: Hemos sido conscientes que, una vez hemos aceptado el nuevo entorno, podemos trabajar en él de forma sencilla y ágil y esto queda incorporado como aprendizaje que nos aporta la fortaleza ante siguientes retos.

8.- Vulnerabilidad:  Se trata de la caraterística más importante como seres humanos, y es ser capaces de compartir nuestras inseguridades, emociones, y estar dispuestos a aceptar el error como aprendizaje y estar dispuestos a ayudar.

9.- Confianza en el equipo: Trabajar de forma deslocalizada favorece elevar el compromiso hacia el equipo, pues somos más conscientes del impacto que mi tarea supone para otros en el avance hacia el objetivo final.

10.- Cultura de Innovación: Estar siempre dispuestos a aportar una idea, una propuesta o una herramienta que aporta algún valor incremental, diferencial o disruptivo.

Por parte de los estudiantes, la alumna Alma Frisch ha asegurado que con esta nueva metodología “desarrollamos habilidades de adaptación a los cambios y de flexibilidad, ya que el formato es nuevo para todos nosotros, tanto alumnos como profesores. Creo que esta experiencia es enriquecedora para todos”. En este sentido, ha remarcado que “sabemos que es una manera que funciona para esta coyuntura y sería una pena olvidarse de ella después de todo, pero creo que las clases presenciales siempre funcionarán mejor”. 

También ha valorado esta experiencia el alumno Vicent Escutia, quien ha señalado que “al principio, éramos un poco reacios a realizar las clases online, por miedo a perder la esencia de poder crear debate y añadir valor contando experiencias profesionales relacionadas con la materia impartida por el profesor. Sin embargo, después de un par de clases nos hemos dado cuenta de que, tanto el profesor como nosotros, nos podemos expresar con total claridad, ya que todo depende de la implicación de los alumnos, si creamos debate y se respetan los turnos de palabra no hay ningún problema”.

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