¿Qué es la inversión extranjera directa (IED)? Características y ejemplos

En todos los negocios son importantes las inversiones para poder crecer y avanzar en el mercado. Y estas inversiones también se pueden diferenciar en función de la práctica que llevemos a cabo. En este artículo vamos a hablar de una inversión muy compleja pero necesaria para la expansión internacional.

¿Qué es la inversión extranjera directa (IED)?

La inversión extranjera directa (IED) es una forma de inversión transfronteriza mediante la que una empresa o individuo de un país invierte en una entidad ubicada en un país distinto. El objetivo de esta acción es adquirir un interés duradero y ejercer influencia en la gestión de la entidad extranjera, algo que nuestros alumnos aprenden en la FP de Técnico Superior en Comercio Internacional.

¿Para qué sirve la IED?

Cabe destacar que la IED no solo implica la transferencia de capital, sino también de tecnología, conocimientos y habilidades de gestión. Por tanto, es el elemento de la economía global que facilita el flujo de capital, tecnología y conocimiento entre países.

Los países receptores toman la IED como una fuente de desarrollo económico siempre que se gestionen adecuadamente los desafíos que conlleva. Es decir, la IED puede transformar economías y crear oportunidades tanto para los inversores como para las comunidades locales.

Características de la IED

La inversión extranjera directa conlleva varios beneficios para los países que se involucran en ella. Existen varias características que la definen y la diferencian de otras formas de inversión internacional, entre las que destacan:

• Participación activa y control: Con «participación activa» nos referimos a la gestión de la empresa extranjera. Se adquiere el 10% de acciones con derecho a voto en la empresa extranjera (mínimo) para otorgar al inversor la capacidad de influir en las decisiones clave de la empresa.
• Transferencia de recursos: Es la transferencia de capital, tecnología y conocimientos técnicos, además de habilidades de gestión. Con esta característica se puede mejorar la productividad y la competitividad de la empresa receptora mientras se contribuye al desarrollo económico del país anfitrión.
• Inversiones a largo plazo: Mientras que las inversiones de cartera son a corto plazo, la inversión extranjera directa está pensada para ser una inversión a largo plazo. Su objetivo es mantener una relación duradera que dé beneficios a lo largo del tiempo en el que la relación existe.
• Estabilidad: Alineado con el punto anterior, el largo plazo aporta estabilidad a las relaciones económicas que se entablar con este tipo de inversiones. Los países involucrados y los inversores extranjeros suelen buscar una presencia duradera en el mercado para garantizar el compromiso con el desarrollo económico del país.
• Impacto en el desarrollo económico local: Si sumamos las características ya mencionadas, no es de extrañar que todo ello genere como resultado un alto impacto local en el desarrollo económico del país receptor. Esto se puede traducir en diferentes ramas, como la creación de empleo, el crecimiento de la producción y el desarrollo de infraestructura local.

Tipos de inversión extranjera directa

Ya hemos mencionado que existen diferentes tipos de inversiones, pero también hay diferentes tipos de IED. A continuación los clasificamos según la naturaleza de la inversión:

1. Inversión Greenfield

Se usa para crear desde cero nuevas instalaciones o negocios en el país receptor. Por tanto, el inversor extranjero construye infraestructuras, como fábricas, oficinas o centros de investigación, que necesite para empezar a operar en el país. Las personas que trabajarán en estas instalaciones serán nativas del país receptor y estrenarán la sede en cuestión.

2. Fusión y adquisición

En este caso, la empresa extranjera adquiere una participación significativa o la totalidad de una empresa que ya existe en el país receptor. Se compran acciones o se produce la fusión con empresas locales para que el inversor extranjero pueda entrar en el mercado en alguna actividad que ya está establecida con los clientes de la zona. Es decir, se aprovecha la infraestructura y la mano de obra de la empresa que se adquiere para empezar a operar en el país.

3. Reinversión de utilidades

Se trata de un tipo de IED que ocurre cuando la empresa extranjera que ya opera en el país receptor quiere reinvertir sus ganancias en el lugar donde se ejecuta el negocio en lugar de devolverlas al país de origen. Generalmente, suelen destinarse a expandir la capacidad de producción, mejorar las infraestructuras o introducir nuevas tecnologías.

4. Inversión horizontal

Es la expansión de una empresa a un país extranjero para llevar a cabo actividades similares a las que ya se dedica en el país de origen. Por tanto, sirve para aquellas empresas que tienen un producto líder en su país y quieren expandirlo a otros países de la misma forma, por lo que tienen que adquirir infraestructura que les permita fabricar y vender a los clientes del país receptor.

5. Inversión vertical

Esta inversión tiene lugar cuando la empresa invierte en otro país distinto del suyo para integrar su cadena de suministro. Se puede desarrollar de dos formas:

• Hacia atrás: Invirtiendo en proveedores
• Hacia delante: Invirtiendo en distribución o ventas

Se diferencia de la inversión horizontal en que la empresa quiere más recursos para producir en su país de origen, mientras que la horizontal amplía sus recursos para empezar a vender en el país receptor.

6. Inversión conglomerada

En esta ocasión, la empresa inversora invierte en un país extranjero en un sector que no está relacionado con el negocio que desarrolla en el país de origen. Se usa para diversificar el portfolio de productos, pero sin el riesgo de que tus consumidores fieles no acepten la nueva marca.

7. Brownfield

Es similar a la primera que hemos visto en esta lista, solo que en lugar de construir desde cero, la empresa extranjera adquiere o alquila instalaciones existentes en el país receptor para rehabilitarlas y mejorarlas.

Beneficios de la IED

Como ya habrás podido observar, la IED aporta distintos beneficios al país inversor, pero también al país receptor. Este último ve como su economía crece a la vez que se crea empleo, se desarrolla nueva tecnología y se mejora la balanza de pagos. Por tanto, la IED también aporta movimiento de capital no solo económico, sino también tecnológico y humano entre fronteras.

Por otro lado, cabe destacar que el inversor logra expandir el mercado, diversificar el riesgo y acceder a recursos de los que carece en el país de origen o que son más baratos. Es decir, ambas partes salen beneficiadas de una forma u otra y es una manera de potenciar el desarrollo económico de países más vulnerables.

Os recomendamos que no dejéis de actualizaros en las últimas tendencias y adquiráis los conocimientos adecuados sobre las IED. Os invito a que miréis detenidamente la FP en Técnico Superior en Comercio Internacional.