La pasada semana los alumnos del MBM de todas las sedes de España de ESIC tuvimos el placer de asistir al tercer On The Edge del curso, donde profesionales de diferentes sectores (políticos, periodistas, etc.) dieron su punto de vista sobre diversos temas de actualidad y que son de vital importancia. En esta sesión se pusieron sobre la mesa conceptos como el pacto social. Pero, ¿qué es el pacto social?
Se debatió acerca del concepto, con diferentes opiniones, pero si algo se pudo sacar en claro es que tanto empresas como gobiernos deben de tener unos mismos objetivos que suponen el darle la necesaria importancia a aspectos vitales como la sociedad o el bien común.
Respecto a esto último, las empresas son las que están llevando la mayor parte del peso en la transformación de la forma de actuar y de pensar. Los gobiernos, junto a las leyes, siempre van a caballo de estos últimos (debido, entre otras cosas, a la excesiva burocracia) no siendo capaces de dar alternativas reales. Las empresas, al tener que adaptarse continuamente a los cambios de la sociedad para seguir siendo competitivas, están más acostumbradas y preparadas para el cambio, además de que tienen generalmente más medios para llevarlo a cabo.
Hoy en día es conocido que hay temas de vital importancia y que las empresas no pueden dejar de lado, como son la sostenibilidad, el posicionarse en ciertos aspectos o temas (póngase como ejemplo la huida de empresas de Rusia con las respectivas críticas a los que se quedaron ahí), la agenda 2030, los objetivos ODS… Lo cierto es que los tiempos han cambiado, y ahora no es solo la rentabilidad del accionista lo que se demanda, sino también el estar comprometido con la sociedad, y trabajar para tener un mundo y una sociedad mejor. Los consumidores también demandan esto de las empresas.
El cambiar la forma de actuar, los objetivos de la empresa, etc. supone cambios muy drásticos e importantes, por lo que mucha gente suele ser reticente a ello. El salir de la zona de confort con objetivos más tradicionales y conocidos, no es igual de sencillo para todo el mundo. Igual que no todo el mundo estará dispuesto a renunciar a una mayor rentabilidad financiera a cambio actuar de una manera más correcta.
En definitiva, hoy más que nunca es de vital importancia la existencia de un pacto social entre empresas, gobiernos y la sociedad en general. El bien común está por encima de la rentabilidad de las empresas, y aunque esta sea realmente su razón de ser, puede compaginarse el ser una empresa rentable y también socialmente responsable. Ejemplos de ellos son, por ejemplo, Unilever o Nespresso, que están haciendo cambios y estableciendo acuerdos para que todos los integrantes de su cadena de suministro tengan unas condiciones laborales y de vida dignas.