¿Está llegando el capitalismo tal y como lo conocemos a su fin? ¿Es necesario un cambio de paradigma para alcanzar una sociedad económica más sostenible? ¿Los cambios que se plantean se están llevando a cabo verdaderamente? Todas estas son preguntas que se han planteado o han surgido a lo largo del segundo “On the Edge” del que hemos sido testigos los alumnos del MBM el pasado 19 de mayo de 2022, en el que participaron cinco magníficos ponentes, expertos en diversas áreas económicas.
La sesión comenzó con una pregunta lanzada a cada uno de los ponentes, con la que se buscaba conocer la postura de cada uno de ellos en relación con si el capitalismo, en el que se han desarrollado las economías occidentales, debería dar paso a otro régimen económico, o simplemente evolucionar. Este punto fue el más conflictivo, ya que mientras algunos pensaban que era necesario un cambio en la organización económica, otros argumentaban que este tipo de cambios no eran necesarios, pero en su lugar, lo que se necesitaba era que el capitalismo como lo conocemos volviera a evolucionar, como ha hecho a lo largo de la historia, para poder dar respuestas a las nuevas necesidades de la sociedad y el medioambiente.
Fue muy interesante la intervención de cada uno de los ponentes, pero personalmente a mí me impactó la idea de “evolución”. Los mercados financieros han experimentado constantes cambios, y hoy en día están evolucionando para dar respuesta a estas nuevas necesidades y peticiones de la sociedad que se comentaban. En la charla se dijo que, a raíz de la crisis financiera iniciada en 2008, el capitalismo tradicional (aquel que se conocía desde décadas atrás) había llegado a su fin, y que, tras su desaparición, un nuevo capitalismo más “responsable con todos y con todo” había tomado su lugar.
También se habló de los criterios ESG (Enviromental, Social y Governance), los cuales son una buena forma de medir cómo actúan las empresas con su entorno. En este punto, hice una pregunta: ¿Son los criterios ESG una buena forma de medir el compromiso de las empresas, o, al igual que ha hecho público Elon Musk, son unos criterios politizados que verdaderamente no sirven? Esta pregunta trajo una cierta controversia, y fueron varios los que la contestaron. Las principales respuestas fueron que, en primer lugar, los criterios ESG no miden el “compromiso”, sin que simplemente son una imagen de lo que la empresa hace; en segundo lugar, se expresó que es cierto que los criterios ESG necesitan revisiones para mejorarlos, porque en la práctica no son completamente realistas, pero sí son un buen método para medir la forma en la que impactan las empresas en su entorno.
Por último, se nombró el término greenwashing, el cual hace referencia a la falsa imagen ecológica que una empresa intenta proyectar a su entorno.
Este término se relacionó también con mi pregunta (la descrita anteriormente), ya que no solo es necesario que las empresas muestren lo ecológicas que son, sino que verdaderamente lo piensen y tengan “compromiso” de cambio. Que busquen la excelencia. Específicamente esto es una de las cosas más importantes que me llevo de este segundo “On the Edge”.