En las situaciones de la vida en general, ya sean a nivel personal como a nivel profesional, uno de los aspectos que más miedo puede llegar a dar es el cambio. Así, en el mundo empresarial se está empezando a tener consciencia sobre ello y, cada vez más, se considera fundamental aprender a gestionar todo tipo de cambio.
Es necesario ser consciente de que el proceso de cambio no hay que verlo como algo negativo, sino como una ocasión de la que aprovechar todas las oportunidades posibles para que así nos ayude a resolver y a responder a determinadas situaciones. Sin embargo, a la hora de gestionar un equipo es muy importante tener en cuenta que cada persona responde a una situación de cambio de forma diferente. Mientras que hay personas que se lo toman como un reto positivo y con emoción, hay otras (cómo mencionábamos al principio) que pueden verlo como un motivo de paralización y de miedo.
De este modo, ¿cómo podemos hacer para que cada tipo de persona contribuya lo máximo posible a este cambio? Según el curso cursado por Harvard “Change Management”, es primordial hacerle saber a cada miembro de nuestro equipo que son fuentes esenciales de información para conocer las necesidades de los clientes y todas las áreas de mejora posible. Hacerles ver las oportunidades que el cambio trae y luego motivarles para que ellos mismos inicien ese cambio es también importante para impulsarles.
Por otro lado, nuestro trabajo como líderes también está en hacer este cambio lo suficientemente seguro como para tomar riesgos. Cuando los miembros de nuestro equipo se sienten con confianza probando cosas nuevas, sus niveles de compromiso, productividad y creatividad aumentan. Así como cuando los errores se ven como una oportunidad de crecimiento y aprendizaje y no como una amenaza.
Sin embargo, hay que considerar que el cambio no es sólo sobre lo que hay nuevo, es también sobre dejar ir prácticas antiguas, creencias y rutinas que no satisfacen más tus necesidades. Para cambiar estos hábitos y comportamientos, debemos identificarlos y alterar esa señal o recompensa.
¿Cómo hacer que nos vengan nuevas ideas de mejora? Haz que tu equipo dedique tiempo en identificar brechas de rendimiento como recursos desperdiciados o errores en los productos y así encontrar ideas para satisfacer mejor las necesidades de los clientes. Se recomiendan cuatro prácticas principales para detectar y llenar vacíos clave:
- Haz preguntas de sondeo: Para una brecha de oportunidad, podría implicar aprovechar sus redes para conocer las tendencias y observar lo que están haciendo los competidores.
- Operar en modo de aprendizaje: Tendemos a ver lo que queremos o más nos interesa, incluso con los datos más objetivos. Buscar información que nos saque de nuestras asunciones es primordial.
- Diseña el futuro: Dar rienda suelta a la emoción y a la energía mirando lo que quiere crear en lugar de lo que necesita arreglar.
- Decide dónde invertir: Identificar las áreas más adecuada de mejora y dejar ir las demás.