1. Entender y controlar el estrés
En primer lugar me gustaría definir el estrés con la explicación más completa que he encontrado: “El estrés es un estado de tensión física y emocional originado como reacción a una estímulo o presión, ya sea positivo o negativo. Se trata de un estado de defensa que, en pequeñas dosis, ayuda al organismo a reaccionar y adaptarse a los acontecimientos.” Es decir, el estrés es una reacción que tiene nuestro organismo para reconocer una situación tensa que nos permite afrontarlo con más intensidad.
El estrés genera diferentes síntomas, tanto físicos como psicológicos tales como:
- Ansiedad
- Depresión
- Dolor de cabeza
- Pérdida de memoria
- Insomnio
- Cansancio prolongado
- Problemas cardiovasculares
Todos estos síntomas son fácilmente reconocibles y en la gran mayoría de casos el estrés es fácil de diagnosticar. Para un diagnostico fiable, lo ideal es acudir a un profesional, el cual realizara un exploración y breve cuestionario para un final resultado.
Para controlar el estrés diariamente debemos de
seguir algunas rutinas tales como hablar con personas en las que confíes,
intentar llevar un estilo de vida saludable, cuidar los hábitos, intentar
informarse de las cosas adecuadamente, reducir las noticias preocupantes y
repetir técnicas que ya nos hayan sido útiles para combatir el estrés.
2. Plan de contingencia contra el estrés
Hacer ejercicio se considera un buen método para paliar el estrés. Prácticamente todo tipo de ejercicio funciona, pero los más efectivos son los aeróbicos, la elongación de cuello, espalda y hombros y el levantamiento de pesas.
Es de bastante utilidad realizar actividades de relajación tales como una técnica llamada “relajación progresiva”.
La reflexión es también un ben método para combatir el estrés. Realizar ejercicios de relajación, respirando lenta y profundamente. Existen también métodos como escuchar música, leer… Lógicamente también funciona tomarse un respiro e irse de viaje a desconectar pero quizá sea lo más complicado por tema de tiempo, trabajo o dinero.
Por último, no es necesario estar en todas partes, es decir, no involucrarse en cada cosa que suceda y aprender a decir no.