Tomar decisiones no es algo nuevo, sino que es una dinámica que los seres humanos llevamos a cabo todos los días de nuestras vidas desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Sin embargo, estas pueden tener menor o mayor complejidad y debemos de ser capaces de tomar decisiones óptimas y eficientes para conseguir el éxito, principalmente si hablamos desde el punto de vista laboral. Hemos de ser conscientes de que en el trabajo, al igual que en la vida, cada día se nos plantearan cuestiones y retos a los que tenemos que dar respuesta y, para ello, saber tomar la mejor decisión será importante, y eso es lo que hemos podido ver en el Mentor de Harvard.
Tomar decisiones a la ligera pueden acabar en errores muy graves para la organización en la que trabajemos, por lo que es necesario un proceso secuencial que culmine con la decisión correcta. Primero, hemos de considerar el entorno en el que estamos para llevarla a cabo, considerar todos los factores que nos rodean y decidir si la decisión vamos a tomarla por consenso o mayoría, por ejemplo, que es lo que conocemos como enfoque. Todo ello para tomar la decisión de mayor calidad posible y pensando previamente en los objetivos que hay detrás de ella para posteriormente tomar una decisión individual o establecer dinámicas de grupo dónde se fomente la participación, la colaboración entre personas y el pensamiento grupal para generar una armonía conjunta que ayude a tomar una decisión eficiente.
Sin embargo, en el curso hemos visto que no todo es tan fácil cuándo tomamos decisiones y que debemos tener mucho cuidado con algunas distorsiones que hacen que tomemos decisiones imprudentes y que conocemos como sesgos cognitivos, que nos dan excesos de confianza o apegos emocionales que no ayudan en este proceso. Hay que evitar caer en estas trampas y generar alternativas que nos eviten tomar estos caminos hacia decisiones erróneas, tomar notas sobre lo que percibimos, escuchar siempre atentamente las opiniones de los demás ya que pueden ser de gran interés para nosotros y razonar cualquier argumento que demos son aspectos clave para llegar al camino correcto. Además, puede ser que tengamos muchas variables en la cabeza a la hora de tomar cualquier decisión que nos harán dudar e inquietarnos (cosa que me ha pasado en algunas situaciones cotidianas) y, gracias a este curso, sé que ahora tengo que priorizar o dar mayor peso a las más importantes para que la decisión que tome sea la correcta.
Para finalizar quería reflexionar sobre 2 asuntos que considero de vital importancia como aprendizaje interno:
- Las decisiones que se toman con demasiada rapidez no suelen ser las mejores y es cierto que a veces he caído en recurrir a lo más rápido como forma para solventar algún problema y me he dado cuenta de que no es bueno así.
- Tomes la decisión que tomes, puede ser buena o puede ser mala, pero siempre has de aprender de ella, de los desafíos que supuso, de los métodos que utilizaste, del esfuerzo que depositaste o del momento en el que la llevaste a cabo.
Todo en la vida es aprendizaje y sabiduría, y tomar decisiones en el día a día también es una forma de adquirir conocimientos que serán de gran utilidad tanto en la vida laboral como personal.