He realizado el Harvard Manage Mentor referente a la gestión de crisis, y ha sido esclarecedor y muy útil para el trabajo diario en la oficina. A continuación os cuento las conclusiones que he sacado de ello.
Primeras impresiones
Tras realizar el Mentor de Harvard referente a la Gestión de crisis tengo una cosa clara: ante las crisis hay que ser valiente y demostrar nuestra capacidad de liderazgo. Solo así se podrán superar los problemas que vayan surgiendo con el tiempo, y no solo será gracias al líder, sino también gracias a cada una de las personas pertenecientes al equipo de trabajo.
Una crisis puede venir en la práctica con múltiples formas. En los últimos años hemos experimentado una crisis sanitaria, con el Covid-19; una crisis bélica, con la guerra de Ucrania y Rusia; y estamos desarrollando posiblemente una crisis económica debido a la disparada inflación y problemas en la cadena de suministros. Las empresas no tienen un peor panorama que el actual, y por eso sus líderes deben demostrar ahora más que nunca la “pasta” de la que están hechos.
En el curso he aprendido que no solo el valor, la determinación y los conocimientos son las habilidades insignias para afrontar una crisis de cualquier forma, sino que la compresión, la empatía y también la simpatía hacia el grupo de trabajo y el resto de las personas son aspectos fundamentales para poder ser capaz de superar una crisis, siendo además capaces de aprovechar las posibles oportunidades que se generen a raíz de ella.
Factores diferenciadores para gestionar crisis
Planes sencillos y asumibles, actualización continua de la información disponible, saber cómo se sienten emocionalmente los miembros del equipo… todos esos son aspectos fundamentales que un líder debe tener en cuenta.
Algo que me ha llamado poderosamente la atención es que, un líder no solamente debe supervisar al equipo (como se solía hacer en las empresas de la “vieja escuela”), ni tampoco ser un miembro más del equipo de forma continua (como abogan por ello las nuevas tendencias de dirección), sino que debe reunir todas estas formas de trabajo: siendo una parte más del equipo, dando un paso atrás de vez en cuando para tener una visión global, y supervisando el trabajo para encontrar posibles fallos. Estas son las verdaderas tareas que tiene un líder, el cual debe tener autoridad y respeto dentro del grupo.