REDUCIR LA DESIGUALDAD PARA CRECER

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El día 21 de marzo tuvimos una enriquecedora mesa redonda (On The Edge 1: La reducción de la desigualdad como motor de crecimiento) impartida por ponentes afines al ESIC.

Durante la charla y después de la misma se ha puesto en valor un tema de vital importancia como es la desigualdad existente hoy en día, la cual se ha visto incrementada y agraviada por los acontecimientos vividos en estos últimos años, una crisis de la cual aún no habíamos salido, una pandemia mundial, un volcán en erupción, una guerra, etc.

La desigualdad, al fin y al cabo, no es más que una falta de equilibrio, pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de desigualdad? Bien pues, la desigualdad no es un aspecto único, sino que afecta a varios ámbitos en nuestro día a día.

Por un lado, hablamos de desigualdad social, causada por el trato diferente hacia las personas como consecuencia de su posición social, su situación económica, religión que practica, género, cultura de la que proviene, preferencias sexuales, etc.

Por otro lado, encontramos la desigualdad económica, haciendo referencia a la distribución de la riqueza entre las personas. La diferencia de ingresos entre aquellos más ricos y más pobres supone un problema de acceso a bienes y servicios para las personas con menos recursos. Teniendo en cuenta datos previos a la pandemia se observa como algo más del 9% de la población española se situaba en pobreza alta y casi un 3% en una situación de riesgo extremo. Con la preocupación de que una cuarta parte se encontraba formada por jóvenes los cuales no habían alcanzado los 6 años si quiera. Según el informe “Desigualdad en el mundo 2018” de Oxfam, el 1% de la población mundial posee más del doble de riqueza que el 60% más pobre.

Podemos hablar también sobre desigualdad educativa, con base en la desigualdad social y económica, ya que supone diferencia de oportunidades para acceder a una formación. Según datos de ACNUR, más de 3,5 millones de niños refugiados no van al colegio, aproximadamente solo un 45% de los 6,4 millones de personas en edad escolar bajo el mandato de ACNUR, niños y adolescentes entre 5 y 17 años fueron escolarizados.

También existe la desigualdad de género, producida cuando una persona no tiene acceso a las mismas oportunidades que otra de diferente sexo. Por ejemplo, según el informe de Eurostat del año 2020, la brecha salarial entre hombres y mujeres en la Unión Europea es del 14,1%, con variaciones entre los estados miembros. Según otro informe de la ONU, las mujeres en todo el mundo aún ganan un salario medio inferior en un 23% respecto a los hombres.

Para finalizar con los tipos de desigualdad, encontramos la desigualdad legal, se da cuando las leyes o el funcionamiento de los tribunales favorecen a unos individuos frente a otros. Por ejemplo, en temas de requisitos legales para el acceso a la sanidad o a la educación.

Por todos los motivos expuestos, es necesario el establecimiento de iniciativas y medidas que promuevan la cooperación entre todos los países del mundo para erradicar esta situación de desigualdad mundial.

Un movimiento o plan de acción que se ha puesto en marcha a nivel mundial por la ONU es el desarrollo de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible).

Finalmente, solo queda animar a la sociedad a que asuma su parte de responsabilidad para poner de nuestra parte, las medidas a pesar de ser importantes no son suficientes si no arrimamos todos el hombro.

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