¿Igualdad o Equidad? La educación como base

La pobreza es algo difícil de definir, debido a que tiene a que gran parte del significado de esta palabra conlleva una connotación ética, puesto que hace referencia a distintos ámbitos de las personas, ya sea pobreza energética, término muy presente en diversos discursos políticos, o pobreza en términos de desigualdad, con su parte económica, social o incluso, sanitaria.

Durante el “on the edge” se hizo bastante hincapié en la diferencia social basada en sanidad y sobre todo, en educación.

Realmente, la educación es la base de todo, y por tanto, quizás sea también la solución. Está demostrado que cuán más educado esta un país, más desarrollado está y por ende, menos desigualdades encontramos. Si tomamos en cuenta las variables para definir los países en vías de desarrollo, nos damos cuenta que, desarrollo económico no necesariamente implica desarrollo social, ya que se toman en cuenta aspectos como la educación, la esperanza de vida o la salud. Pero si nos remontamos al premio Nobel, Theodore Schultz, se demostró que los campesinos educados eran mucho más productivos que los analfabetos; o investigadores como “Mohammed Tamim” afirman que para medir el desarrollo económico basta con medir el nivel de educación desde primaria a bachillerato.

Volviendo al tema que nos abarca, en mi opinión, igualdad no es el antónimo de desigualdad, si no que lo realmente valioso es buscar la equidad, definida por la RAE como: “cualidad que consiste en dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o condiciones”. Algo muy interesante y que queda reflejado en una imagen muy simple, donde un padre y sus dos niños pequeños miran por encima de una valla, apoyados los pequeños en soportes a distinta altura que los igualan en altura.
Esta pequeña metáfora es lo fundamental que se ha de buscar, y el fin de las políticas de discriminación positiva, con la idea de conseguir una sociedad igualitaria sin desigualdades y equitativa.

Por ello, retomo la idea de la importancia de la educación para conseguirla, ya que, si tenemos en cuenta los índices de alfabetización de España y de Portugal, vemos como dista en 7 puntos, lo que hace un total de 70 puestos en el Ranking mundial.

Para ello, puede ser interesante adoptar distintas acciones:
1. En primer lugar, adoptar asignaturas/charlas a los niños desde que son pequeños en el colegio con el fin de educarlos desde la temprana infancia.
2. Dar la imagen público-política de la importancia de las políticas de igualdad y no de la guerra ideológica existente.
3. Legislar teniendo en cuenta la agenda 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible, más concretamente el 10: reducción de las desigualdades.

En resumidas cuentas, es necesario que las políticas destinadas a igualdad tengan presente el término “equidad” y que dejen de basarse en una guerra ideológica, para que aúnen en vez de separar, fomenten igualdad y respeto en lugar de marginación, y para que se entienda la necesidad y los beneficios tanto individuales como colectivos que conlleva el desarrollo de la sociedad de un país.

Deja un comentario