El ser humano tradicionalmente siempre ha sido un animal de costumbres, por lo que a lo largo de la historia siempre ha presentado una cierta resistencia y aversión al cambio.
En el ultimo año, debido a la irrupción de la pandemia de la Covid-19, hemos podido observar como aquellas empresas y organizaciones más dinámicas y con una estructura más flexible, han sido las que mejor han soportado y paliado los efectos de la misma.
El mundo empresarial en la actualidad, debido al desarrollo tecnológico y la innovación constante, está inmerso en un ininterrumpido movimiento. Esto está provocando que las empresas estén llevando a cabo implementaciones a nivel interno para alcanzar los objetivos estratégicos. La adaptabilidad y la transformación de objetivos y procesos a las necesidades del mercado es esencial para la supervivencia de las organizaciones. Para alcanzarla, es necesaria la presencia en los integrantes y colaboradores de las organizaciones la gestión del cambio.
La gestión del cambio se puede definir como un enfoque “integral, cíclico y estructurado para lograr la transición de individuos, grupos y organizaciones de un estado actual a un estado futuro con los beneficios empresariales previstos” (Project Management Institute, 2013). Esta gestión es importante, debido a que el cambio recae sobre el capital humano, el cual es el activo más importante de las empresas. La capacidad para adaptarse, ser flexible y gestionar el cambio es un indicador claro de liderazgo profesional. Para llevar a cabo esto, es necesario fomentar la confianza desde la dirección, generar un correcto canal donde la información fluya a todo el nivel organizacional y crear un entorno propicio para que se efectúe de manera eficaz.
El objetivo principal de la gestión del cambio, en palabras de la prestigiosa consultora KPMG es “facilitar y conseguir la implementación exitosa de los procesos de transformación, lo que implica trabajar con y para las personas en la aceptación y asimilación de los cambios y en la reducción de la resistencia a los mismos” (2020).
Dicho esto, ¿Por qué se debe implementar la gestión del cambio? La respuesta la encontramos en las siguientes ventajas que nombramos a continuación:
- Aumenta el éxito de los proyectos. Tener una plantilla versátil mejora la capacidad de la organización para adaptarse a los cambios.
- Aprovechamiento del talento humano. Ayuda a los empleados a capacitarse para desempeñar nuevos roles y construir una cultura orientada al cambio.
- Provoca el crecimiento empresarial. Permite a la empresa mantenerse dinámica en el mercado y adaptarse a los cambios.
- Mejora los periodos de cambio comercial. Los empleados permanecen motivados y productivos ante la introducción de nuevos procesos o tecnologías.
- Aumento de la moral de los empleados. Fomenta el enriquecimiento laboral aumentando la productividad y la calidad del trabajo.
- Reduce los costes. Tener empleados preparados para los cambios hará que no se necesite de recursos externos.
A simple vista la gestión del cambio parece fácil, pero no lo es. Es una tarea que requiere de un plan detallado en el que se define un procedimiento complejo y unos objetivos y metas establecidas.