El mundo en el que vivimos es un mundo complejo, que está en constante cambio y en el que todo ocurre a una gran velocidad, pero aún con todo este desorden, nos hemos habituado a vivir con cierta normalidad, con costumbres y rutinas, es decir, con una cierta estabilidad. Digamos que cada uno de nosotros se ha acostumbrado a vivir en unas circunstancias o condiciones que individualmente entran dentro de lo establecido como “normal” y sabemos como debemos de enfrentarnos a dichas circunstancias de la manera más efectiva. Aunque la realidad, es que en la vida se dan situaciones especialmente complicadas, que nos pueden sorprender de pronto, que implican una gran responsabilidad y en las que las decisiones que tomemos para afrontarlas implican grandes consecuencias, es lo que se denomina una crisis.
Es por todo ello, que cuando hablamos de crisis en una empresa el primer pensamiento es negativo, pues es una situación que se sale de nuestra zona de confort y en la que se pone en juego la imagen y la reputación de esta y por tanto su futuro. Aun así, una crisis, también debe verse como una oportunidad para reinventarse y salir de ella fortalecida.
Una de las principales claves para poder gestionar y enfrentarse a una crisis en la empresa es ir por delante de ella. Para poder hacerlo, es crucial estar atentos y conocer lo que ocurre dentro de la empresa a todos los niveles y en todos los departamentos. Evidentemente, es igual de importante también saber lo que ocurre fuera, y así poder hacernos una idea de cómo puede afectar el entorno a la empresa.
Otra de las claves para la gestión de crisis es la comunicación. Normalmente, tendemos a esconder los problemas y a pensar que podremos encontrar una solución, pero la mayoría de las veces no somos capaces de controlar la situación y el problema se vuelve aún mayor, trayendo consecuencias peores. Para evitar que esto pase, es importante mantener una comunicación interna que sea fluida, de tal manera que todos los empleados estén al corriente y sean conscientes de lo que ocurre, evitando que puedan llevarse sorpresas aún más desagradables enterándose por fuentes externas. Además, esto nos va a permitir obtener diferentes perspectivas e ideas por parte de los empleados que nos puedan ayudar a solventar el problema. Para conseguirlo es necesario explicar detalladamente los pasos que se van a seguir, incluso haciendo hincapié en aquellos que generen mayor incertidumbre, pero intentando no sembrar el caos, sino que se mantenga la calma.
Claro está que, aunque la comunicación es muy importante, lo más importante de todo es intentar resolver la crisis. Conviene para ello analizar y estudiar todos y cada uno de los posibles problemas que hayan podido dar pie a esta situación, para en base a ellos poder buscar soluciones, estrategias y acciones para resolverlos y poder poner fin a la crisis.
Por otro lado, una empresa debe ser un equipo en el que como dicen los famosos mosqueteros trabajen “todos para uno y uno para todos”, por tanto, el trabajo activo por parte de los empleados es muy necesario si se quiere conseguir aplacar la crisis. La motivación y la confianza siempre es necesaria en una compañía, pero en los momentos complicados aún lo son más, por ello es importante mantener esa motivación y confianza viva. Además, esto tomará mayor importancia cuando se consiga poner fin a la crisis, pues el equipo saldrá más unido y fortalecido, creando un vínculo de confianza que ayudará a la fidelización de los empleados.
Como todo en la vida lo importante no es como se empieza sino como se acaba, problemas habrá siempre, pero ¿qué vas a hacer con ellos?, ¿vas a dejar que te superen o reunirás valor, buscarás ayuda y los enfrentarás?