Harvard ManageMentor: Global Collaboration

En el año 2019 solamente un 8% de las empresas españolas contaban con actividad internacional.  De las 90.467 sociedades que operan a nivel internacional, el 57% importan y exportan productos, el 29% solo importa y un 14% solo exporta. Entre los diferentes sectores, comercio e industria son los que tienen una mayor actividad internacional respecto al total, representando el 52% y el 24% respectivamente (CEPYMENEWS, 2019).

Estos datos dejan patente la escasez de presencia que tiene el tejido empresarial español a nivel internacional, algo que podría ser clave para nuestro crecimiento y desarrollo económico. Como hemos podido ver durante el módulo sistemas y modelos económicos globales, China se está convirtiendo en una gran oportunidad de inversión a nivel empresarial. El gigante asiático sigue creciendo económicamente y España es el primer país que abastece de carne de cerdo a este país. Sin embargo, debemos de ser conscientes de la complejidad que tiene operar con países con tantas diferencias en su forma de pensar, cultural, y dificultades de comunicación. La realización del Harvard ManageMentor: Global Collaboration me ha ayudado a comprender los principales desafíos que supone hacer negocios a nivel internacional.

Muchos responsables de organizaciones no están lo suficientemente preparados para trabajar con personas que piensan y actúan de manera totalmente diferente a ellos. Los principales desafíos con los que se pueden encontrar a la hora de colaborar o negociar con empresas de otras culturas son: malentendidos culturales, barreras del idioma, falta de confianza, negociaciones mal manejadas o la dificultad de alinear a todo un equipo. Para evitar estos posibles problemas es clave el concepto de inteligencia cultural, desarrollar este concepto nos ayudará a actuar de manera más efectiva con responsables de organizaciones de otros países. Dos de las claves para desarrollar este concepto son el aprender a través de la observación y adecuar nuestros comportamientos a la cultura con la que estamos colaborando.

Una de las grandes incertidumbres que pueden surgir a la hora de operar con empresas de otro país totalmente desconocidas es la falta de confianza por ambas partes. La confianza es algo totalmente clave en estas operaciones, confiar en la integridad de las empresas, en sus competencias…etc. Si dos responsables de distintas empresas de distintos países confían entre sí podrán cooperar y superar las dificultades durante una negociación internacional. También, será más fácil resolver diferentes problemas que pueden surgir a lo largo del proceso, la distancia física no se convertirá en un inconveniente y alinear un propósito común y mantenerse unidos será una de las grandes claves del éxito.

Otras de las grandes barreras a la hora de negociar entre culturas suelen ser los idiomas, la distancia física y como ser capaces de alinear a un equipo totalmente global. Respecto a los idiomas, se debe de tener claro que se tiene que fomentar la comunicación inclusiva. Una de las grandes soluciones que se han visto durante el curso es el crear un glosario de conceptos técnicos para distribuirlo entre todos los participantes de la comunicación. En relación con la distancia física, considero que la pandemia provocada por el COVID – 19 ha dejado claro que se puede ser realmente efectivo trabajando de manera virtual, siempre y cuando se cuente con una buena programación y con conocimiento entre ambas partes. Por último, ser capaz de liderar un equipo geográficamente disperso no es tarea fácil, ya que suelen surgir conflictos difíciles de detectar y divisiones entre delegaciones, ante los cuales se debería de actuar de la manera más rápida posible.

Bajo mi punto de vista, la clave más importante para conseguir que un proyecto empresarial a nivel internacional se desarrolle exitosamente pasa por crear una gran coordinación entre las diferentes divisiones. Para ello, se debe de ser capaces de tener una visión, misión, metas y tareas claras, que hayan sido realizadas conjuntamente y que se puedan trasladar a todos los niveles de la empresa.

Por último, me gustaría aprovechar este post para destacar también las grandes dificultades ante las que se encuentran las PYMES para internacionalizarse, ya sea por insuficientes recursos financieros, directivos no preparados, problemas para identificar que mercado puede ser más conveniente para ellos… etc. Considero que se podría intentar ayudar a estas empresas que son una gran proporción del tejido empresarial español, ya que sus modelos de negocio podrían ser exitosos en otros países.

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