¿Cómo gestionar eficientemente las crisis en las organizaciones?

Día a día las organizaciones sufren crisis inesperadas, momentos de cambio, que generan dentro de la misma ciertas tensiones, descontentos y estrés. Por lo cual es sumamente importante aprender a gestionarlas de la mejor manera, para colaborar así con el equipo y que el mismo salga adelante. 

La clave es gestionar las crisis de manera que las mismas se definan por lo que se aprendió y no por lo que se perdió.

Una crisis es un momento complejo, de intensa dificultad y peligro, en el cual las cosas pasan muy rápido y un evento desencadena otro, por lo general, las crisis son muy dolorosas y a veces desbastadoras, pero también marcan puntos de inflexión.

¿A que me refiero con puntos de inflexión? Después de que se pasan grandes dificultades, hay una nueva realidad en la que las personas, los equipos y las organizaciones hacen cosas de manera distinta, y con seguridad mejor que antes, lo cual servirá para obtener un nuevo impulso y a su vez estar mejor preparados para futuras posibles crisis.

Para afrontar las crisis hay distintas acciones que se deben tener presentes para lograr salir fortalecidos de las mismas:

  • Tomar acciones rápidas y decisivas. 
  • Gestionar la incertidumbre, disipar rumores y compartir lo que se sabe a través de la buena comunicación.
  • Conectar con el equipo de trabajo y lograr empatizar con todos los miembros.
  • Ayudar a los miembros del equipo a recuperarse después de la crisis, capturando las lecciones aprendidas. 

En primer lugar, para tomar acciones rápidas y decisivas es clave confiar en nuestros instintos y habilidades, así como también confiar en el equipo que nos rodea.

Debemos responder rápidamente, evitando que la crisis se intensifique, para lograr tomar decisiones acertadas, es importante escuchar y empoderar a todos los miembros del grupo, ya que cualquiera de ellos puede dar señales de alerta sobre problemas aun no detectados. 

Las acciones rápidas y con información completa siempre pueden minimizar el daño, a su vez, es necesario diseñar planes flexibles que se puedan ir ajustando sobre la marcha a medida que se van desarrollando los eventos, ya que sabemos que durante una crisis el entorno es completamente incierto. He aquí la importancia de incentivar la buena comunicación dentro del equipo, a modo de gestionar la incertidumbre y disipar rumores. 

En segundo lugar, en tiempos de presión e incertidumbre es clave desarrollar la empatía y la compasión con los miembros del grupo. Al desarrollar estas habilidades, no significa que intentes resolver los problemas de los demás, si no que, al ser compasivos, todos lograrán ser mas resistentes, comprometidos y productivos en estos momentos. 

En este aspecto, es necesario adquirir el hábito de preguntarnos: “¿Qué problemas veo en las distintas personas?” y “¿Qué ayuda puedo brindar?

Sabemos que los momentos de crisis además de ser difíciles para el equipo también son difíciles para uno mismo, por lo cual es importante ser abiertos, honestos y compartir los sentimientos y desafíos que nos planteamos, para de esta forma estar todos alineados y conectados. Nadie supera una crisis solo, por lo que, si se necesita ayuda no hay que tener miedo a aceptarla. 

Hay que tener presente, que en situaciones de alta tensión es mas fácil volverse críticos y resentidos con los demás, lo cual claramente conduce a un estrés aun mayor, en este sentido recae la importancia de practicar la empatía, para evitar niveles de estrés innecesarios. 

En tercer lugar, luego de superados los momentos de crisis es necesario lograr recuperarnos capturando las lecciones aprendidas.

A medida que la crisis disminuye, el equipo seguramente se mueva a una “nueva normalidad” con muchos cambios provocados por la misma. Para que esta nueva normalidad se vuelva realmente normal es importante darle sentido a lo que pasó, es decir, darle sentido al porque de todos los cambios. 

Identificar en primer lugar, cuales fueron las habilidades de comportamiento adquiridas durante la crisis que ayudaron a alejarnos de la misma. Luego de tenerlas identificadas nos podemos preguntar que obtengo de esos comportamientos, si me dan los resultados que quiero y como podrían ser mas efectivos, para de esta manera estar mejor preparados para el futuro. 

En conclusión, es esencial sacar la parte positiva de las crisis, buscar oportunidades de mejora continua en los resultados y de esta manera recuperar el impulso y cambiar proactivamente. 

Y tal como decía Albert Einstein “Sin crisis no hay méritos. Es en las crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia”.

Bibliografía: 

  • Harvard ManageMentor – Gestión de crisis– 23/05/2021.

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