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No digo nada nuevo cuando afirmo que la digitalización ha servido de booster para impulsar las relaciones internacionales. Pero estas relaciones no se limitan solamente al ámbito personal con llamadas de Skype o conversaciones por WhatsApp, sino que se han convertido en una herramienta perfecta en el mundo de la empresa.
Esta necesidad de las empresas por ampliar, por no decir hacer desaparecer, sus fronteras viene dada mayoritariamente por dos factores. En primer lugar, el factor común de globalización presente hoy en día en las organizaciones con ambición de crecimiento y mejora. Y, en segundo lugar, algo primordial como es el hecho de querer encontrar talento que permita añadir valor a la empresa, aunque esto conlleve saltar de continente en continente en busca de él. Es decir, hoy en día y gracias a la digitalización tu competencia está presente en cualquier parte del globo terráqueo y tu plantilla puede estar presente a miles de kilómetros de la oficina física.
Así, no es de sorprender que esta situación de descentralización provoque cierto descontrol durante la jornada laboral, teniendo muy en cuenta el factor de que actualmente el trabajo en equipo es un pilar en el día a día de la empresa.
Por ello, ya que la globalización de la empresa es irremediable y necesaria, es fundamental abordar los problemas que surgen debido a ella.
Pongo ejemplos.
- La Inteligencia emocional, es decir, la capacidad de un individuo de reconocer sus propias emociones y las de los demás, es un concepto muy ampliamente conocido en la sociedad actual, considerándola de remarcable importancia. Pues, dicha Inteligencia Emocional aplicada al ámbito laboral se convierte en la Inteligencia Cultural, la cual se basa en entender, respetar y saber gestionar las diferencias culturales entre trabajadores. Esto se puede conseguir a partir de la observación de las conductas diferentes a las propias, entender su motivación y adaptar nuestro carácter para fluir con las mismas.
- Igual que en cualquier otro tipo de relación, la confianza se convierte en un factor fundamental. Así, construir esta entre los miembros del equipo ayudará a favorecer las relaciones profesionales y los resultados de las mismas, además de mejorar el ambiente de trabajo. Esta confianza se puede conseguir mediante quedadas físicas si es posible o aumentar la participación on line del grupo.
- Con el fin de evitar la frustración y conflictos innecesarios, es conveniente entender que las diferencias culturales conllevan diferencias de personalidad en la conducta empresarial. Por ello, identificar las diferencias conductuales, respetarlas y aceptarlas es un aspecto fundamental para una armonía entre culturas.
- Y, como no, las barreras del lenguaje. El impedimento para comunicarse puede llevar a aumentar la desconfianza y eliminar la buena dinámica del grupo, llegando incluso a surgir jerarquías injustas por abuso de poder a la hora de la toma de decisiones. Por ello, conjunto con el hecho de liderar y alienar al equipo global, el manager y los mismos integrantes del grupo deben asegurarse de que todos los participantes tienen turno de palabra, facilitar al máximo la comunicación. Esto se puede conseguir mediante la creación de un glosario de palabras clave y una formación adecuada, pero sobre todo a partir de una actitud colaborativa, paciente y respetuosa de los nativos con los demás hablantes no nativos.
- Finalmente, es un alivio comunicar que la distancia física, una de las barreras más remarcadas de trabajar en un ambiente global, es parcialmente solucionada gracias a la digitalización en sí. Diversos programas informáticos de compartición de documentos, así como aplicaciones de video llamada, están presentes y disponibles en el día a día para salvar dicho distanciamiento y mejorar el contacto y la comunicación.
Con todo lo explicado pretendo comunicar que el trabajo en grupo es posible, incluso a miles de kilómetros de distancia, con mentalidades distintas y caligrafías desiguales. Porque al fin y al cabo lo que importa es encontrar un lugar en el que poder explotar tu potencial y sentirte valorado y respetado.
La digitalización nos pone barreras, pero también nos abre las puertas para llevarnos aún más lejos.
Y es que al final, más que las barreras físicas, debemos centrarnos en mejorar las barreras mentales y estar dispuestos a aprender y crecer uniendo nuestras diferencias.