Tras realizar el curso de Harvard Manage Mentor sobre la colaboración global y las clases de inmersión cultural sobre la economía, industria y cultura China en la semana del día 5 al 11 de mayo, con la participación de Mr. Tao Dong, Dr. Xiaotian Zhang, Dr. Ximing Yao, Dr. Yanhai Zhao, Mr. Frey Sebastian, Dr. Yanbing Mao, Mr. Novak Birisic, Mr. Johnny Chong, Mr. Yong Lu, Mr. Yongqiang Zheng, Dr.Ying Qian y el Instituto Confucio de Madrid, me gustaría compartir un pequeño aprendizaje enfocado al tema de la inteligencia cultural.
Muchas veces los negocios van más allá, las relaciones se complican y los viajes se alargan.
Culturalmente entre países y continentes hay muchas variaciones tanto a la hora de relacionarse cara a cara con una persona para coger confianza como a la hora de negociar con ella. Cada país tiene sus problemas y sus miedos, al igual que las personas.
He aprendido que no todo gira entono a ti mismo. Lo que tu creas ético y correcto, no quiere decir que para otras personas o países como China lo sea, de la misma forma si fuese al revés.
Uno de los ejemplos que me gustaría poner son las relaciones entre las personas. En la cultura occidental en concreto en España, darse dos besos es algo muy común y muy bien visto (todo antes del COVID-19). Sin embargo, los dos besos en la cultura China, no es algo común, ni si quiera entre familiares. ¿Imagínate que vas con la buena intención de saludar a tu cliente de China dándole dos besos en la mejilla?
Aparte de pequeño ejemplo, de normal es muy recomendable, que antes de entrar en otra cultura para hacer negocios, investigues sobre el país y la cultura con ayuda de alguna persona que conozcas que sabe un poco acerca de ello, algún libro ambientado con la cultura de ese país o alguna serie o programas típico del país para conocer los valores que tienen, etc. Pero no quiere decir que tras haber visto 4 temporadas de una serie China seas un experto en la cultura, ni mucho menos. Para llegar a conocer realmente esa cultura y como interactuar con las personas de ese país, habrá que vivirlo en primera persona.
Al trabajar con otras culturas como es China, no solo tendrás problemas de horario, de hábitos, de pensamientos y de formas de gestionar los proyectos. Sino que a parte de todos estos problemas tienes que trabajar con ellos y establecer confianza y saber qué decir, qué hacer y cómo hacer las cosas para que no surjan malentendidos en ambas partes. No es un trabajo fácil, pero no es imposible.
Al relacionarnos con otras culturas, nuestra empresa se enriquece de nuevas ideas, de nuevas formas de ver las cosas, y no solo la propia empresa, sino también a nivel personal. Aprender un nuevo idioma, una nueva cultura con diferentes costumbres y conocer a personas de otros países, hace que parte de nuestra visión global se abra aportando grandes beneficios para un futuro.
Muchas veces no es solo aprender de nuestros propios errores, sino también aprender de los errores de los demás. Al igual que los errores, también podemos aprender muchas cosas nuevas y positivas de otras personas, y culturas.