Cuando hablamos de colaboración global, hablamos de la conexión y consenso de las diferentes culturas del globo. La cultura consiste en un sistema de conceptos, de ideas, significados y percepciones del mundo de un colectivo. Este conjunto de ideas y pensamientos modeliza el comportamiento de los individuos que forman dicho colectivo.
La globalización empresarial, la importancia de interactuar desde el punto de vista de las empresas a nivel internacional y la necesidad de expandir sus horizontes, ha generado la obligación de entender las diferentes culturas a lo largo y ancho del mundo (para poder llevar a cabo negocios). En concreto, la zona geográfica donde operan las mencionadas empresas.
Si su objetivo es la expansión internacional, es necesario aumentar los conocimientos culturales con respecto a otras naciones. Las diferencias culturales varían más o menos dependiendo en primera instancia de la región (Europa occidental, norte de África, sudeste asiático), del país, y, más profundamente, de la zona geográfica dentro del mismo.
Para lograr entender una cultura en profundidad, es necesario incluso vivir durante un tiempo determinado en ella. En el ámbito empresarial, es necesario desarrollar una inteligencia cultural. Involucrarse por descubrir y estudiar las diferencias culturales que incluyen: creencias, actitudes diferentes, protocolos de actuación, imagen personal, comportamientos sociales…
Todo ello con el fin de generar confianza. Generar confianza es un aspecto clave para el desarrollo en materia de colaboración global. Mediante la confianza los seres humanos nos entendemos mejor. Se negocia de manera más eficaz, evitando roces y malentendidos provocados por el choque de culturas (diferencia de idiomas, pensamiento, divisa…).
Los negocios entre culturas diferentes, distintas empresas y entidades, deben seguir una estructura con escalones ordenados que faciliten el éxito de las operaciones que se van a llevar a cabo:
-Definir el objetivo de la colaboración. -Investigar los socios de la colaboración. -Considerar una serie de expectativas. -Establecer confianza. -Personalizar el enfoque. -Flexibilidad moderada en las negociaciones.
Estas negociaciones, poseen un plus de dificultad: el idioma y la distancia física. La segunda de ellas es vital para desarrollar una confianza con la otra persona o entidad. Los comportamientos físicos y gestos aportan valor e información a toda negociación. La primera de ellas, hoy día, mediante un dominio fluido del lenguaje, el dominio de los tonos y las expresiones del lenguaje, pueden llevar a confusión. El idioma, sin embargo, es sin duda el factor diferencial para llevar bien una negociación. Es por ello necesario una excelente formación.