Global collaboration

¿Qué es la cultura? ¿Y cómo podemos colaborar a nivel global para efectuar negocios y procesos profesionales internacionales?

                        La cultura conforma un sistema compartido de significados, ideas y pensamientos que se encargan de guiar las percepciones del mundo de un colectivo, y que da forma al modo de comportarse de los miembros de este grupo.

Aprender a trabajar en el extranjero supone una ventaja diferencial para los gerentes debido a la posibilidad de operar en nuevos mercados, interpretar y conocer el manejo de personas de otras culturas y promocionar tu marca tanto local como globalmente. Sin embargo, será esencial tener en cuenta las tendencias culturales para el impulso del comportamiento, como son la comunicación, la hora, el espacio y las relaciones interpersonales.

La inteligencia cultural supone una firme aptitud de la persona para evaluar las formas de interacción entre los empleados, los países, y en definitiva para posibilitar el manejo con éxito de una situación inquietante en el país extranjero.

Para ello es necesario incorporar en nuestra vida profesional aspectos clave como la confianza en el éxito, el aprendizaje a través de la observación y la adopción de nuevos comportamientos.

A su vez, la confianza es un factor fundamental en este proceso de colaboración internacional, dado que, mediante su uso, se negocia de manera más eficaz, superando los malentendidos causados por las diferencias de idioma y resolviendo problemas provocados por la distancia física.

Algunas de las estrategias primordiales para el impulso de la confianza son el fomento de las relaciones entre los participantes, el establecimiento de metas compartidas y mostrar las importantes competencias de los participantes.

El negocio efectuado entre culturas debe estar acompañado siempre de una estructura ordenada, siguiendo algunos pasos fundamentales de acción como:

  1. Definir el éxito: por ejemplo, una fecha específica de finalización del trabajo o un estándar de calidad acordado.
  2. Investigar sobre los socios de la negociación.
  3. Considerar las posibles expectativas, es decir, los enfoques y las formas para llegar al acuerdo.
  4. Establece confianza (puntos en común y detalles concretos).
  5. Personalice su enfoque (según lo aprendido sobre las contrapartes).
  6. Manténgase flexible. Asegúrese de intervenir en la negociación cuando sea requerido.

Adicionalmente, superando las barreras del idioma, será de vital importancia fomentar la comunicación inclusiva, de modo que asuma la responsabilidad de asegurarse que todos los miembros utilicen el mismo lenguaje comercial acordado. En esta línea, abstenerse de dominar las conversaciones puede suponer una facilidad para dar tiempo a hablar a aquellos que tienen menos fluidez; o la creación de un glosario con términos técnicos, acrónimos o figuras retoricas supondrá ser un elemento de apoyo para las personas menos expertas en la lengua empleada.

La distancia física implica una serie de desafíos principales para su desarrollo, entre los que destacan la gestión de las diferencias de zona horaria (aclarar suposiciones y apuntar a ser justo), abordar las dificultades de comunicación (posibles problemas con el correo, las limitaciones de las conferencias o la creación de espacios compartidos de trabajo) y abordar las lagunas de conocimiento mutuo (establecer protocolos de intercambio de conocimiento o fomentar la comunicación informal).

Además, no debemos olvidarnos de la alineación del equipo global con temas clave de problemas como son los conflictos no detectados y las divisiones no apreciadas de equipos “nosotros contra ellos”.

Finalmente, debemos aclarar el propósito de negociación a llevar a cabo, creando una visión y misión, fijando las metas correspondientes y aclarando las tareas necesarias para su correcto progreso.

Bibliografía:

Deja un comentario