¿Dista de la utopía?

                        Diálogo, escucha activa, mismo sentido en el que remar a pesar de las discrepancias, atender los diferentes puntos de vista y ponerse de acuerdo llegando a un término medio… todo ello es parte de la historia, pero cada vez más, parece una utopía que no consigue cuajar en la sociedad actual. 

                        Las reglas del juego en democracia incluyen el respeto de los derechos y opiniones (aunque no se compartan) de los demás, lo que lleva consigo el derecho a la libertad de expresión. Las diversas posturas en términos políticos, económicos, culturales o sociales llevan a plantear visiones diferentes de la sociedad y discrepar de las afirmaciones del oponente. Esto no tiene por qué ser dañino ya que incentiva un mayor debate, y por tanto, mayor negociación de objetivos y perspectivas.  

                        La pandemia ha acentuado la crisis tanto económica como social, lo que ha provocado una mayor polarización. Esto a su vez se retroalimenta provocando mayores tensiones económicas, ya que en parte, lleva a las empresas a plantearse las circunstancias del entorno en el que operan. Al final, todo ello se convierte en un círculo vicioso, donde si no se consigue ponerle freno, puede provocar mayor polarización. Es importante que nos demos cuenta de la necesidad de reconducir el aumento de distanciamiento y conflicto entre ciudadanos por la convergencia en determinados ámbitos con el fin de evitar tensiones innecesarias.

                        El Coronavirus y sus desastrosas consecuencias, dichas sean algunas: pérdidas económicas de algunos sectores, mayor pobreza, falta de recursos, aumento del desempleo…, han provocado mayor extremismo en las diferentes perspectivas. La polarización provoca tensiones y eso fortalece a determinados partidos del panorama político actual.

                        Sin embargo, a pesar de la situación vigente, es responsabilidad de todos aportar al crecimiento y recuperación, entre los que se encuentran:

1º- Los políticos, defendiendo los intereses reales de los ciudadanos, en términos impositivos, económicos, sanitarios, educativos, además de en otros ámbitos como las pensiones, medioambiente o políticas sociales entre otros, de forma que mejoren la calidad de las personas dejando de lado el “hablar sin decir nada” y la crispación política constante que se dan en algunos casos y que no llevan a ningún sitio.

2º- Los medios de comunicación y redes sociales, transmitiendo la actualidad y dando voz a la pluralidad de opiniones de los ciudadanos haciendo uso del derecho a la libertad de expresión. 

3º- Las empresas, aportando mayor crecimiento económico, mejorando los productos y servicios, innovando, creando empleo de calidad, apoyando los Objetivos de Desarrollo Sostenible… pero con libertad e independencia en sus actuaciones de forma que puedan mejora de la calidad de vida de las personas. 

                        Todo ello es parte de la democracia, y evidentemente, siempre habrá discrepancias, pero es imprescindible que cada uno desde nuestra actividad empresarial, profesional y personal, nuestra empatía y voluntad, haciendo uso de nuestras libertades como ciudadanos, apoyemos el crecimiento en cualquier ámbito. Se trata de acercarnos a un pacto donde las causas no supongan una entelequia, ya que justo es de eso de lo que se trata, de que el punto medio no sea una utopía.  

Referencias:

Alonso, A. (2021, 21 marzo). ¿Es España el país más polarizado de Europa? El Independiente. https://www.elindependiente.com/internacional/2021/03/21/es-espana-el-pais-mas-polarizado-de-europa/

E. (2020, 15 octubre). Polarización en España: más divididos por ideología e identidad que por políticas públicas. Do Better. by ESADE. https://dobetter.esade.edu/es/polarizacion-espana?_wrapper_format=html

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