Una de las enseñanzas transversales que me dejará para siempre el MBM es ver las cosas de otra manera, darle la vuelta al problema y contemplar todas las perspectivas. Cultivar el espíritu crítico puede resultar enriquecedor, más si se trata de la forma en la que vemos el mundo empresarial y su impacto con el medio.
Parece que la forma de entender el consumo tal y como lo teníamos hasta ahora ha muerto. Lo sé por la clara evidencia evolutiva que el capitalismo ha tenido hasta ahora. Nos contaba Javier Martinez Suárez (director en Aragón de Alantra) que del capitalismo mercantil pasamos a un sistema adaptado a la industrialización en el siglo XVIII. Tras la Segunda Guerra Mundial el capitalismo tenía ciertas características enfocadas a la globalización con el foco en el sistema financiero. Ahora el orden o sistema social tiene que volver a cambiar, más después de la crisis COVID.
El comportamiento del consumidor está en pleno proceso de cambio. Las tendencias de los clientes pasan por exigir a las empresas respeto con el medio en el que operan, buscando valor compartido. Marta González-Moro (CEO Activista y Socia Fundadora de 21 gramos) cree férreamente que la clave del cambio del capitalismo la tienen las empresas, tanto público como privadas. Estas tienen que ser consciente del reto y usar su poder para adaptarse al desafío que supone los cambios de la segunda década del milenio.
Marta González-Moro, CEO Activista y Socia Fundadora de 21 gramos
“Lo que viene es un capitalismo humanista con el apoyo irremediable de la tecnología, que ya casi llevan las generaciones futuras en su ADN”
Un reciente informe del Instituto de Investigación de Capgemini pone en manifiesto la relación proporcional entre sostenibilidad y beneficios para las empresas. El 79% de los consumidores basa sus preferencias de compra en criterios de responsabilidad social con las personas y con el medio. Algo más de la mitad del conjunto de la población (52%) asegura tener una conexión emocional con las marcas que perciben como sostenibles y el 64% afirma sentirse mejor cuando hace compras de este tipo.
La fidelidad de los clientes está estrechamente relacionada con el comportamiento sostenible y las empresas son cada vez más conscientes de ello. Sin embargo, habremos de tener cuidado con aquellas compañías que solo traten de aparentar buenas prácticas para luego no hacer las cosas del todo bien. El poder de elección de una marca frente a otra lo tiene el consumidor final y esto es lo que los expertos llaman consumocracia. Habremos de premiar aquellas organizaciones capaces de generar valor en todos los procesos internos y externos.
Buena cuenta de la transformación de paradigma se hace la presidenta de la Fundación Alala, Blanca Parejo. Asegura que, para abrazar el cambio de una forma sana, habremos de cortar los lazos sociales establecidos, los estereotipos y comenzar a creer en las personas. La clave somos nosotros y podemos empezar hoy mismo y aquí, cerca de casa. La responsabilidad con el medio y la sociedad empieza por el respeto propio que nosotros mismo mostremos con todo lo que nos rodea. Al final, las personas también somos pequeñas empresas generadoras de valor con nuestro medio.
Somos nosotros, en última instancia, los que tenemos el poder. El cambio es ahora y debemos ser capaces de adaptarnos a él, de ver el mundo con otros ojos, más intrusivos, más humanos, de ir más allá. Debemos de ser capaces de get the big picture.