A diario nos encontramos con multitud de situaciones en las que tomamos decisiones, nos gusten o no, somos conscientes que hemos decidido orientar nuestra acción basado en una decisión. Muchas veces la toma de una decisión ni la entienden los demás ni nosotros mismos, ello nos puede causar una sensación de frustración e incomodidad que puede acabar por provocarnos lo que denominamos estrés.
A lo largo de nuestra carrera profesional nos encontraremos con esta situación, no una, sino muchas veces y deberemos saber gestionar las emociones del equipo, siempre y cuando ellos lo entiendan. El estrés nos afecta de muchas formas, incluso en la toma de decisión de otro asunto, ya que desde la experiencia que nos ha dado la situación, tomamos una decisión o no.
Las emociones mentales además nos pueden causar ansiedad, el estrés causa aprensión de los sentimientos, para ello hay una serie de herramientas, de las cuales para mí la principal es la resiliencia, la adaptabilidad que tengamos ante ciertos cambios que, influirán en nuestra vida y que hemos de saber aceptarlos. No es posible que no seamos flexibles con las situaciones que se den en nuestra vida, ya que si no entraremos en cuadros de estrés importantes que afectarán a nuestra salud irremediablemente. Por ello es importante que sepamos que, si no podemos controlar o adaptarnos a una situación, existen ciertas habilidades y herramientas para gestionar este sentimiento, como mantener la salud del sueño o llevar una alimentación equilibrada. Ello ayudará a la mejor gestión, pero aun así existen técnicas para esta gestión eficiente de los sentimientos que nos causan estrés.
Antes de ello, es necesario saber, que la personalidad en este aspecto juega un rol decisivo, ya que en el camino de la madurez, debemos aprender a interiorizar ciertos asuntos que nos causan este sentimiento el cual, se desarrollan en nosotros mismos cuando el resultado de la toma de una decisión no ha sido el esperado, ya sea en nuestro lugar de trabajo o en nuestra casa, sea donde sea la toma de decisiones no es algo tan complicado, grosso modo, pero sí que es cierto, que las consecuencias hemos de aceptarlas y ello requiere fortaleza a la hora de no aceptar que una mala decisión podrá tener una consecuencia que no nos guste.
Personalmente una de las mejores técnicas para la gestión del estrés es el mindfulness, una rutina diaria que nos permita canalizar y desarrollar un soporte que haga frente a las situaciones de estres que no nos gusten.
Claro que, aludiendo a la personalidad, cuando las personas tienden a una alta competitividad, baja tolerancia a las situaciones de espera, sobrecarga de trabajo, hostilidad, … tienden al estrés y muchas personas no lo saben y sienten que puede ser una situación normal, pero lo cierto es que no lo es, debemos ser capaces de saber donde están nuestros propios límites para así, establecer el perímetro de carga, por ejemplo, de trabajo, que podemos soportar.
Por tanto, el estrés se refiere a ala reacción que podamos tener ante situaciones no deseadas, y para ello debemos tener consciencia que podemos reducirlo y que nuestra calidad de vida aumentará como resultado de que el estrés no facilita la labor de las tareas que tengamos que desarrollar.
Biblografía
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