Una de las cosas que ves con las personas todo el tiempo es que, aunque están tratando de avanzar hacia su ideal, tienen miedo constantemente, lo que los detiene. Las personas tienden a tener miedo de lo que puedan encontrar y eso te congela como a una presa. Esto no es tan bueno pese a que la emoción negativa puede llegar a ser un motivador realmente poderoso. La literatura psicológica sugiere que la emoción negativa es un motivador más poderoso que la emoción positiva. Creo que esto se debe en parte a que siempre podemos ser muy felices, pero realmente podemos estar sufriendo. Como se acaba de mencionar, la emoción negativa es más poderosa porque somos más cautelosos con el miedo y confiados con el éxito. Las personas que están tratando de tomar una decisión en la vida difícil, sopesan los costes y beneficios de tomar esa decisión. Pero la mayoría de las veces, hay un aspecto analítico que se deja fuera, que es sopesar el coste y los beneficios de no decidir nada. No tomar una decisión también tiene un coste, a menudo más alto que hacerlo a pesar de que tomar una decisión puede implicar un riesgo mayor. Uno tiene que integrar realmente la idea de la mortalidad en su persona. Probablemente estés fastidiado sin importar lo que hagas aun que, en lo positivo, esto puede liberarte. Cualquiera de las opciones que elijas tiene obstaculos en el camino a los que debes enfrentar para lograr tus objetivos. Nadie puede elegir una decisión que cambie su vida sin obstáculos en el camino. Esto es realmente importante porque si sabe que existe un riesgo terrible asociado con todo lo que hace y no hace, puede permitirse tomar algunos. Todo esto está dentro de un arco metafórico, pero el argumento básico es que a pesar del hecho de que en la vida, el componente de sufrimiento esta muy presente, puedes hacer un trato con el ideal que se considere más elevado, y eso te guiará a través de la mejor manera posible.
Este último concepto es crucial. Uno tiene que pensar en sus propias ineficiencias, como en las cosas que hace que sabe que no debe hacer sin lugar a duda. Estos son los malos hábitos, falta de metas, el resentimiento, el odio, la agresión y el conflicto no resuelto, entre otras cosas que te están dejando incompleto y deformando. Estos malos hábitos prevalecen y llevarán a alguien al peor lugar posible al que podría ir en los próximos cinco años. Una vez que descubras dónde puede estar ese lugar, puedes identificar las consecuencias y darte cuenta de que de ninguna de las maneras quieras ir allí. Entonces, la próxima vez que te llegue la tentación, es posible que pienses que comer un trozo de pastel todos los días no es gran cosa, excepto que puedes ser alguien que come tanto azúcar siendo diabético y estés en peligro de que esa pierdas tu pierna en cinco años si no controlas tus hábitos alimenticios. Eso es motivador y entonces llega la tentación y no hay forma de que sucumbas a ella. Las pequeñas decisiones, especialmente las relacionadas con las tentaciones, terminan marcando una gran diferencia. No porque se pueda obtener un bien superior evitándolo, sino porque se evitaría una terrible catástrofe si no se hiciese.
Quieres dejar atrás tu miedo donde te empuje hacia adelante, y no detrás de ti donde te impide seguir adelante. Haces esto pensando en las consecuencias de no poner tu vida en orden. La peor consecuencia es que terminas desperdiciando tu vida, sufriendo en el camino, por tu ineficiencia. Esta es una receta realmente mala. Es probable que uno sufra, pero al menos mientras hace algo noble, recto, poderoso y admirable.