Prácticamente todos los días tomamos decisiones por lo que el proceso que éstas suponen adquiere especial relevancia en nuestra vida. Tener la posibilidad de elegir entre una serie de alternativas genera incertidumbre, la cual en muchas ocasiones es necesaria para seguir aprendiendo, reflexionar y descubrir cuáles son nuestros errores. Tomar decisiones incluye tanto factores emocionales como racionales, un gran reto al que debemos afrontarnos y son nuestras decisiones las que nos hacen lo que somos.
La sociedad actual se caracteriza por la impaciencia y la inmediatez, conceptos que no se encuentra en consonancia con un buen proceso de toma de decisiones. Ante un problema, inmediatamente pensamos en la solución, en vez de reflexionar por qué, para qué ha ocurrido y realizar un análisis previo. En este proceso debemos ser rigurosos, analíticos y medir los resultados en todo momento. Igualmente, debemos tener en cuenta que nuestras decisiones impactan también en la vida de muchas personas por lo que en algunos casos se debe anteponer el bien social al interés propio.
A nivel empresarial, las decisiones afectan al equipo en la mayoría de las ocasiones. Hay muchos sucesos que se contraponen a nuestros deseos y expectativas, sin embargo, queremos resolver el problema. Todo problema posee restricciones y toda decisión tiene un riesgo. No obstante, el riesgo va disminuyendo a medida que recolectemos más información. Aunque llegará el momento en el que haya que dejar de buscar información y decidir la opción más conveniente. El problema de tomar una decisión en equipo puede ser que alguna de las partes se involucre menos por falta de interés sobre el tema u no acepte la opinión de los demás. Un buen líder se caracteriza por elaborar el plan correcto para la consecución de la mejor elección. Históricamente, se ha pensado que es el líder de forma independiente es el que toma la decisión, pero esto ha cambiado. Actualmente, dependiendo de la decisión, se ha descentralizado la toma de decisiones. Es importante que los empleados se sientan involucrados, que sus ideas se reconozcan, aunque al final no se sigan sus propuestas. Igualmente, tal y como se dice en el curso, el momento el que se toma una decisión puede llegar a ser tan significativo como la forma en la que se hace (Solano, 2003).
Existen diferentes métodos para llegar a una decisión, los cuales dependerán de la importancia de la decisión. En el proceso, el tiempo juega un papel esencial y a veces nos encontramos ante la necesidad de tomar decisiones rápidas y nos olvidamos de la metodología que deberíamos emplear. Es interesante poner como ejemplo el caso visto en la asignatura “Getting the big picture” donde de un día para otro te llaman para ir a resolver un conflicto a Libia, una zona que no brilla por su seguridad. Menos de 24 horas, una misión y tu vida por delante en la que la decisión requiere suma importancia y urgencia.
En definitiva, toda decisión requiere un proceso previo en la que hay realizar una profunda búsqueda de información, unido a una fuere capacidad de análisis y juicio. No debemos dejarnos llevar por la experiencia u intuición ya que pueden oscurecer nuestras opiniones. Por último, el objetivo es llevarlo a la práctica una vez analizada la teoría.
Bibliografía
Solano, A. I., 2003. Toma de decisiones gerenciales. Tecnología en Marcha, 16(3).