LA TOMA DE DECISIONES: UN PROCESO COMPLEJO

Una vez realizado el curso Mentor de Harvard sobre la toma de decisiones, me gustaría hacer alguna reflexión personal sobre los conceptos aprendidos y, compartirlos de cara a que os sean de utilidad.

En primer lugar, la toma de decisiones es un proceso complejo. Todos tomamos continuamente decisiones en nuestro día a día, algunas más complejas que involucran a más personas y, otras más sencillas. Para tomar una decisión que permita la acción y sus correspondientes resultados debemos cumplir tres reglas básicas: involucrar a las personas adecuadas, ser ágil y ser riguroso.

Ahora más que nunca, con la aparición del COVID-19, nuestro entorno VUCA nos afecta también en nuestra toma de decisiones. En este sentido, es necesario definir roles y personalidades, seleccionar el enfoque más adecuado y, considerar el ambiente cambiante para clasificarlo y poder posteriormente, encuadrar la decisión y ser capaz de definir los objetivos acordes a la situación en cuestión.

Además, en todo este proceso es necesario tener presente la aparición de sesgos cognitivos y ser capaces de prevenirlos y manejarlos. Existe una tendencia del ser humano a defender sus propias opiniones, a buscar su aprobación en los demás ignorando el resto, a apegos emocionales e, incluso a volverse reacios a los cambios, pese a ser para mejor. Esto es debido a la comodidad que el proceso tradicional genera, asentándonos en nuestra “zona de confort”. Estos sesgos cognitivos pueden provocar una toma de decisiones errónea al pasar por alto ciertas opiniones no afines o anclándonos en el bien del pasado, sin prosperar. Lo que inevitablemente, estará destinado al fracaso.

En la toma de decisiones es muy importante el enfoque de la valoración debido a que si se trata de una toma de decisiones grupal se debe gestionar una dinámica que proporcione la armonía justa y necesaria para tener en consideración a todos y, evitando proporcionar la opinión generalizada para ser aceptados socialmente y no generar conflicto.

Por otro lado, para generar y evaluar las alternativas el mejor método es la lluvia de ideas, a través del cual un mediador guie la sesión y fomente el flujo de ideas de todos los participantes, sin discutir o coartar ninguna de ellas. Es acertado que se anime a participar a todos dejando constancia de que sus valoraciones serán tenidas en cuenta y agradecerles su participación.

Por último, y tras la evaluación de las mejores alternativas a través de distintas herramientas se procederá a tomar la decisión. En esta línea, es fundamental tener claro cuando y como se tomará, pues la elección del momento será un factor crucial que determinará la eficacia de la decisión final. A veces cuesta llegar al cierre, y por ello existen otras técnicas como “punto-contrapunto” y “perro guardián intelectual” que facilitarán llegar a una decisión que permita el cierre de ésta.

Para recapitular, la participación de un buen grupo es primordial, para ello se debe animar a que participen, hacerles sentir importantes, y escucharlos. La colaboración de un grupo será útil de cara a obtener mayores puntos de vista y permitirá la obtención de una decisión final más trabajada que una en la que prime el individualismo.

SALIR DE LA ZONA DE CONFORT

A nivel personal, me considero una persona indecisa y creo que este curso me ha ayudado a priorizar y a tener en consideración otros factores además de la mera elección, sea simple o no. Me sorprende la cantidad de sesgos cognitivos que sin darnos cuenta están presentes en nuestras decisiones y que, sorprendentemente cuesta, no solo detectarlos sino evitar utilizarlos. Sin embargo, conocer cuales son nos permitirá estar más atentos a su detección y prevención tanto individual como general pues pueden afectar significativamente y de forma negativa por no querer “ver más allá” y preferir la comodidad que supone lo conocido que trabajar y cambiar por mejorar.

En los grupos siempre debe haber un líder, incluso en la toma de decisiones a gran escala, por esta razón me gustaría concluir este post con una frase que nos citó a mis compañeros de máster y a mi, un militar del ejército de aire que nos impartió “Geting the big picture” animándonos a tener una visión global como equipo, anticipando los objetivos comunes a los intereses personales y dice así: “no hay líder sin equipo, ni equipo sin líder”.

Una vez más, y para finalizar, recalco la importancia del grupo en su totalidad y la presencia de alguien que dirija y guie al equipo. Crear un ambiente donde todos son valorados y tenidos en consideración, proporcionará una toma de decisiones más justa, equitativa y rica de opiniones.

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