Capitalismo social, ¿motu proprio o stakeholders?

Algunos lo considerarán moda, pero parece que nos encontramos ante un nuevo paradigma del capitalismo. La forma en que lo concebimos en cada etapa es simple y llanamente, la respuesta de las decisiones y retos en cada época. El capitalismo ha ido cambiando durante el paso de los años: capitalismo comercial, industrial, financiero y ahora el capitalismo social. La forma de entender el sistema ha sido muy diferente en las distintas épocas, y ahora más que nunca, los retos sociales son una de las prioridades de las organizaciones. 

La pandemia del Covid-19 ha puesto en jaque a toda sociedad desde hace más de un año. Esto hace que las organizaciones se replanteen de alguna manera sus objetivos como entidad, y su misión y visión en relación a la Responsabilidad Social Corporativa. Estos últimos años, y más específicamente este último año, hay necesidades distintas por parte de la sociedad y esto hace que el capitalismo se haya ido adaptando hasta convertirse en capitalismo social, donde no sólo la metamorfosis de las empresas es importante, sino los consumidores, proveedores… todos, son importantes. 

Parece evidente identificar el nuevo concepto de capitalismo como social, ya que los nuevos retos organizacionales, como son la protección del medio ambiente o la inclusión social lo requieren. Pero, ¿cómo se consigue tener en cuenta todos esos problemas actuales en las actividades de las empresas? Pues bien parece interesante focalizar la orientación de las decisiones según las voluntades de los grupos de interés de cada empresa, orientando como un nuevo modelo de negocio el actual, pero más enfocado en las personas y en el medio ambiente, reflejando en la estrategia del negocio el nuevo propósito en relación con aspectos sociales. Por ello, la función de la empresa privada es fundamental para la transición a este nuevo capitalismo. 

Y no son sólo las empresas las que marcan este concepto de capitalismo, sino el propio valor que los ciudadanos damos a las cosas. En épocas pasadas se consideraba el capitalismo como comercial, puesto que las transacciones de los comerciantes les permitieron tener suficiente riqueza para invertir en nuevos sistemas de producción; del mismo modo se podría considerar el capitalismo social, surgido como consecuencia de los retos sociales a los que los ciudadanos le damos hoy en día tanta importancia: el cambio climático, la desigualdad, las tecnologías de la información y la comunicación, la pobreza y la exclusión social, entre otras. Estos intereses de los stakeholders (grupos de interés) hacen que la empresa privada sienta más aliciente a la hora de invertir en bienestar social. 

Existen muchos países con sistemas capitalistas, pero no todos están fundamentados sobre las mismas bases. Este cambio hacia un nuevo concepto de capitalismo social viene impulsado por las condiciones de vida en las que cada sociedad se encuentra. A nivel nacional, podríamos decir que, en España, hacemos valer cada vez más el estilo de vida y esto tiene su implicación en las decisiones sociales de las empresas, aunque sin dejar de lado otras como la desigualdad, la pobreza o la excusión social, ahora más notorios por los efectos del Covid. 

Este nuevo paradigma del capitalismo hace que se pueda poner en entredicho la rentabilidad de la empresa teniendo en cuenta estos aspectos sociales. Sin embargo, las estrategias tomadas en consonancia con lo que reclaman los grupos de interés, puede suponer a largo plazo incluso mayor rentabilidad. De la misma manera que los consumidores, por ejemplo, realizan cada vez más consumo consciente e inteligente, parece comprensible que las empresas lleven a cabo prácticas conscientes, donde no sólo el objetivo sea la obtención de beneficios, sino aumentar la satisfacción de los grupos de interés, lo que llevará a resultados tangibles en el futuro.

El cambio de patrón del sistema capitalista no viene dado sólo por las exigencias de los stakeholders, los propios responsables de las compañías son los que, mediante la potenciación de los valores, quieren enfocar estrategias que estén orientadas a lograr un mayor beneficio social. Esto lleva a plantear la educación en valores para las nuevas generaciones, como uno de los aspectos importantes en el mundo de la empresa, de forma que el nuevo paradigma del capitalismo se conciba como sistema propulsor de mayor beneficio económico y social. 

Bibliografía:

Fredes, F. M. (2020). Capitalismo social, ¿moda o cambio de paradigma? El Economista.

Ministerio, C. I. (2020). Portal español del Programa Marco de Investigación e Innovación de la UE. Obtenido de EsHorizonte2020: https://eshorizonte2020.es/retos-sociales

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