Recientemente, en una de las charlas formativas de nuestro Master in Business Management, tuvimos la oportunidad de escuchar a expertos del mundo empresarial y la sostenibilidad de la economía debatiendo sobre distintos temas y contestando a las preguntas que nos surgían a los alumnos. Se trataron temas tales como el impulso de las energías renovables, la economía del bien común, la economía circular, la economía social, la igualdad tributaria o los paraísos fiscales.
Todas las cuestiones tratadas fueron de gran interés y crearon una gran expectación entre todos los oyentes. Sin embargo, hubo un tema que me intrigó desde el primer momento de la ponencia, este fue la economía circular y si realmente era una acción sostenible y aplicable a la economía actual.
Para ello, además de escuchar atentamente los conocimientos y opiniones de los expertos, tuve que indagar en asuntos como qué es la economía circular, en qué se basa y qué beneficios genera a la economía.
El concepto de economía circular se sustenta en el pilar de las cuatro erres: reducir, reparar, reutilizar y reciclar. En otras palabras, la economía circular quiere parar o evitar el excesivo despilfarro que hace nuestra sociedad de los recursos naturales. Trata de alargar el mayor tiempo posible el valor y la vida de los productos.
Al buscar el reaprovechamiento continuo de los elementos de la economía, es un sistema que impulsa la sostenibilidad y el resto del medioambiente. Su principal finalidad es desterrar de la mente de los consumidores el modelo lineal (producir, consumidor y tirar) e implantar el circular (reducir, reparar, reutilizar y reciclar).
La base de la economía circular son siete principios que deben cumplirse para lograr la implantación de este modelo económico:
- Protección, preservación y cuidado del capital natural.
- Optimización del uso de los recursos que tenemos, hasta los residuos o los productos desgastados pueden ser útiles y reintroducirse en el ciclo económico.
- Reutilización, reinvención o reparación de ciertos residuos o productos estropeados
- Implantación y uso de las fuentes renovables para generar energía.
- Fomento del uso de los bienes y servicios frente a la posesión (economía funcional).
- Comprensión de los impactos medioambientales que tiene un producto en su ciclo de vida para integrarlo en la producción y ofrecer soluciones efectivas y respetuosas con el planeta (eco-concepción).
- Optimización de los flujos de materiales, energía y servicios de la industria en un mismo territorio (ecología territorial e industrial).
Todos estos principios nos ofrecen una visión del propósito que tiene el modelo económico en cuestión y son bastantes las ventajas que le genera a la sociedad y a las empresas. Como primer beneficio podemos destacar que la reutilización de recursos es más rentable ya que fomenta el reaprovechamiento y la reducción de desperdicios. Adicionalmente promueve más puestos de trabajo y potencia la competitividad de la economía. Por otra parte, es más protector con el medioambiente ya que evita la mala gestión de residuos y apuesta por el reciclaje. Por último, fomenta el desarrollo de la innovación económica y social para ofrecer mayor competitividad económica y mejores niveles de vida.
La posibilidad de cerrar indefinidamente el ciclo de vida de los bienes, alargando al máximo la utilidad de los recursos y minimizando los residuos, es algo que depende exclusivamente de las personas. Es un modelo económico que requiere una gran inversión y concienciación, pero que ofrece enormes ventajas en todos los ámbitos (sociedad, medioambiente, economía, política, tecnología y legalidad).
Es la “economía de los inteligentes”, debido a que es requiere pensar y repensar, rediseñar, reparar y reintroducir cuál sería la estrategia más viable y sostenible que debemos implantar. Fabricar, consumir y tirar es algo fácil y poco rentable a largo plazo. Por ello es imprescindible introducir este concepto en nuestro modelo de vida y en nuestro modelo de negocio.
Para iniciarnos en el mundo de la economía circular podemos llevar a cabo actividades tan sencillas como el reciclaje de la basura o la reparación de productos que tenemos en casa, bien para reusarlos o bien para venderlos.