“El consumidor debe de estar siempre conectado y al tanto de las últimas tendencias en el mercado” es la frase estrella y el objetivo principal de las empresas que venden un servicio/producto. El término conectado me recuerda a un cable que une un objeto electrónico a una red de internet. ¿Esto significa que los consumidores somos objetos que para funcionar necesitamos estar unidos constantemente a una red? Esta pregunta se responde con un rotundo sí. Afirmo que para las empresas somos objetos que sin ellos no funcionamos. ¿Y ellos sin nosotros? ¿Es capaz internet de funcionar sin un móvil, ordenador o Tablet? Sin estos objetos la red no existiría. Por lo cual, en el mundo de la empresa, ambas partes son obligatorias para que funcione el sistema.
El cable se crea en el momento de compra, pero por supuesto, se puede romper. La cura para el cable roto es el Remarketing y el Spam. Nos sentimos completamente bombardeados con promociones, anuncios, e-mails, sms. Las cookies nos controlan. Es increíble. No me voy a meter en temas de si deberíamos desconectarnos, para eso ya esta el libro de Jaron Lanier que se titula “Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato”. Me voy a meter de cabeza en temas de respeto y espacio. Debería de introducirse en las empresas que no siempre se puede arreglar el cable. Hay veces que hay que dejar que se rompa. Muchos cables pueden resultar tóxicos y generar sentimiento de rechazo hacia esa empresa. Aparecerán cables con materiales más compatibles a su red y más resistentes a sus estímulos.
Bombardear continuamente con spam y e-mails para arreglar el cable me resulta inhumano. Hace que mi cuerpo genere cortisol y que acabe el día agotada. Los cables son largos, dejemos que la unión empresa-consumidor no sea estrecha. Esto no significa que un consumidor se olvide de la marca que acaba de comprar. Si el producto satisface las necesidades, volverá a comprar. Los seres humanos trabajamos así, somos adictos a aquello que nos hace sentir bien. Haz que tu producto transmita ese sentimiento de felicidad, tranquilidad, entusiasmo, haz que el producto sorprenda al consumidor. No arregles la falta de creatividad con spam y remarketing. No funciona y sobre todo molesta.
Introduzco la frase “falta de creatividad” porque abusar de estas estrategias para fidelizar a los consumidores supone un pensamiento lateral por parte la empresa.
Me gustaría aclarar que no estoy en contra de intentar arreglar el cable. Es necesario, si no el consumidor se podría sentir innecesario y hay que hacer que se sienta parte de la familia de la empresa. Estoy a favor de reinventar el spam y como consumidora estoy abierta a la imaginación. Me gustan los anuncios creativos y que me hagan sentir emociones positivas. ¿Sería posible utilizar estas técnicas de creatividad en el remarketing y spam? Por supuesto. Requiere un esfuerzo y una inversión. Como todo en la vida. ¿Puede no funcionar? Claro, no todo es perfecto. Lo que quiero dejar claro es que no hay que forzar la cura. Si el cable no se cura, hay que dejar que se rompa. La solución no es intentar que en la mente del consumidor este constantemente pensando en la marca. El objetivo debería ser que a la hora de plantearse el cubrir una necesidad, piense en tu marca. Ese es el éxito.
Como ejemplo de remarketing y spam atractivo y creativo me baso en las canciones. Escuchamos una canción de un autor específico. Cuando el disco es monótono y te suena igual, pasas a otro autor que te genere otros estímulos. Hay casos en los que escuchas solamente una de las canciones del autor. Al cabo de meses recibes una notificación informando sobre un nuevo lanzamiento de ese autor con el que llevas tiempo sin interactuar y al escucharlo te sorprende. No suena igual, no siente igual y hace que te enganches. Ahora ya escuchas dos canciones del mismo autor y te fidelizas a él. Generar espacio crea expectativa en el consumidor y más si ese remarketing se realiza de forma creativa.
Con este post del Blog, hago un llamamiento a la acción por parte de las empresas para que renueven su remarketing y spam. A los consumidores nos gusta estar al tanto de las nuevas tendencias, nos gusta que la publicidad nos evada por un momento de la rutina, descubrir nuevos productos, acabar con la monotonía y que nos hagan disfrutar de cubrir la necesidad. ¡El marketing es el arte de la creatividad estratégica!