La sociedad de hoy en día vive de la mano de la tecnología. Se ha creado una cultura en la que la tecnología es el centro de la vida de muchas personas ¿Quién puede salir a la calle a día de hoy sin su Smartphone? Estamos constantemente pendiente de las redes sociales o los mensajes de texto con personas que después a la cara no sabemos ni de qué hablar con ellas.
El problema de todo esto es cuando trasladamos nuestra costumbre de usar el móvil y las redes sociales a los más pequeños de la casa. Ellos ya han nacido con un móvil en la mano prácticamente y los padres son los responsables de hacer que su hijo se eduque a través de una pantalla. ¿Dónde han quedado todas esas tardes de niños jugando a la pelota en cualquier parque? ¿Qué fue de aquellas comidas en las que se hablaba cara a cara sin mirar ni un solo minuto la pantalla de un teléfono?, o también, ¿En que momento hemos pasado de educar a un niño con un libro, a educarlo con un video de YouTube? Estas preguntas y otras muchas más son las que debemos plantearnos para el futuro de estos pequeños.
La infancia es una edad complicada, en dónde se adquieren muchos hábitos y costumbres que se arrastran para el resto de la vida de cualquier persona. Si en esta edad no inculcamos unos valores a nuestros hijos, cuando se den cuenta, habrán desaprovechado toda esta etapa. Es una pena, ellos no se dan cuenta de que el tiempo pasa, y que cuando quieran mirar atrás no existirán esas tardes en el parque sin responsabilidades, ni esa inocencia de cuando eres niño. Ya habrán crecido y tendrán sus obligaciones tanto de estudios, como de trabajo. Mirarán unos años atrás y se darán cuenta de la educación que han recibido por parte de sus padres en aquella etapa.
Vamos a ser realistas, ¿para que necesita un niño tan pequeño un teléfono o un ordenador? En resumen, para nada. Son los propios padres los que ponen estos dispositivos en manos de los niños para estar ellos más tranquilos y poder descansar un rato. Esta práctica es muy habitual hoy en día en la mayoría de familias. Mientras que el niño está entretenido jugando a juego o viendo las redes sociales, no molesta a nadie. Se queda calladito en un sillón sin dar un ruido.
El mundo en el que nos estamos convirtiendo es un mundo falso, en el que solamente cuenta la apariencia ante los demás. Ahora los niños de 10 años están preocupados por cuantos likes tiene su foto de Instagram, en vez de preocuparse en disfrutar con sus amigos. Es duro, pero es una auténtica pena como están echando a perder su infancia. Ahora, algunos de ellos prefieren quedarse una tarde en casa delante del ordenador o del teléfono móvil viendo las redes sociales, que salir a dar un paseo a la calle. ¿En qué estamos convirtiendo a nuestros hijos?
Quiero poner el ejemplo de mi prima, que tiene una edad de 12 años. Le han regalado un teléfono móvil estos reyes. Ahora se pasa todas las comidas mirando en el teléfono móvil videos de Facebook o fotos de Instagram. Yo le pregunto a mis tíos el motivo de porque le han comprado un teléfono a esa edad. Ellos me dicen que como todos los niños de su clase tienen uno, sino se iba a sentir desplazada y no se iba a integrar de forma correcta. Esto también es una realidad, tanto los niños como los adultos nos dejamos llevar por el círculo que nos rodea. En una edad tan temprana, los niños no tienen conciencia para saber como se siente una persona que sufre bullying por no ser aceptada por los demás. Estas situaciones pueden aparecer por el simple hecho de no tener un dispositivo electrónico como el resto de la clase.
¿Dónde está el límite? ¿Debemos de ser firmes a nuestra postura como padres ante el hecho de no comprarle un teléfono?, o ¿debemos de dejar que nuestros hijos sufran acoso por no sentirse integrados en el grupo? Es un dilema complicado que se presenta en la mayoría de las familias, y no es fácil de tomar una decisión.
Desde mi punto de vista, no podemos ir en contra de la sociedad ni de la tecnología, pero si podemos poner límites y restricciones. Es la responsabilidad de los padres restringir el teléfono a unas horas del día y que el niño no se pase delante de la pantalla todo el tiempo que él quiera. Pienso que la opción de no comprarle un móvil a tu hijo cuando todos los demás niños lo tienen es incorrecta, porque al final vas a conseguir que no se integre o que pase una mala infancia.
Como conclusión, podemos decir que la tecnología va más rápido de lo que nunca nadie hubiera imaginado. Uno no puede luchar contra el mundo, pero sí puede establecer las medidas para adaptarse a él de forma correcta.
Bibliografía:
https://ayudaenaccion.org/ong/blog/educacion/redes-sociales-ninos/
35 respuestas de INFANCIA (7-13 AÑOS) Y REDES SOCIALES: ¿EVOLUCIÓN TECNOLÓGICA O FRENO CREATIVO?
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