Cruz Martínez como nutricionista – dietista y Rafa Juan como CEO de Vicky Foods pusieron encima de la mesa uno de los grandes retos a los que nuestra generación está destinada a enfrentarse.
Los últimos datos de Naciones Unidas nos advierten de que la población mundial en 2050 alcanzará los 9.700 millones de personas, casi un 30% más que en la actualidad. Además, un cuarto de toda esta población tendrá más de 65 años. Población envejecida que necesitará una respuesta clara y firme sobre los sistemas de alimentación.
Y ante esto, ¿cómo abastecer a toda esa población? ¿Existen modelos para conseguirlo de manera flexible y sostenible?
CONTEXTO
La esperanza de vida mundial sigue subiendo. Es un hecho. Además, el entorno de globalización en el que vivimos está convirtiendo a la población en una sociedad más informada y concienciada con las tendencias más sensibles. El factor medioambiental es referente de todos estos grandes movimientos.
El auge de la lucha contra el cambio climático interpela directamente a muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana. Infraestructuras, construcción, sanidad… y por supuesto, alimentación.
El cliente ha dejado de consumir sin leer la letra pequeña. Cada vez más, se exige sostenibilidad y transparencia. Los consumidores estamos empezando a buscar una serie de valores que van más allá del contenido. El continente y los procesos de fabricación deben alinearse con las tendencias ecológicas y los valores medioambientales.
Ante este entorno de cambio continuo, las empresas deben entender que no están ante una gran amenaza, sino ante una gran oportunidad de cambio y de negocio.
MODELOS DE NEGOCIO
Con este contexto debemos plantearnos diferentes incógnitas; ¿es el sistema actual un sistema válido para responder a los problemas que asoman en nuestro futuro más inmediato? ¿existe un modelo alternativo que sea sostenible y que garantice a las empresas seguir manteniendo los beneficios?
Como sabemos, existen muchos productos implantados en una economía lineal con un sistema que tiene un principio y un final. No son reutilizables y tampoco vuelven a la Tierra de un modo sostenible. Por tanto, podemos llegar a la conclusión que cuantos más productos tengamos que crear o fabricar debido a la sobrepoblación, mayor será la cantidad de desperdicio o residuo en nuestro planeta, haciendo insostenible el propio modelo.
Cada vez es más usual ver muchos productos o alimentos creados desde un sistema circular, en una economía que integra el valor de la sostenibilidad. Estos productos se encargan de enfatizar el gran trabajo que hay detrás de la creación, hecho que consigue crear un ambiente incomodo para el resto de los productos. La sobreinformación de nuestros días nos hace llegar datos de forma muy rápida y viral. Las grandes empresas lo notan y están empezando a actuar en consecuencia. Si alguien lo hace, no se pueden quedar atrás.
Con la existencia del modelo alternativo, la economía circular, comprobamos que los beneficios de las empresas pueden ser los mismos o mayores y que, además, entienden el problema medioambiental como algo fundamental en todos los procesos. No es una cuestión exclusiva de tener un envase ecológico en el resultado final, sino tratar de que todos los procesos que se necesitan para traer el alimento a la tienda tengan este sistema. Conseguir que todo lo que sale de la Tierra, pueda volver sin problemas.
¿Es un sistema difícil de implantar?
Sin duda, pero estando nuestro futuro en juego ¿no vale la pena?
MERCADOS DE ALIMENTACIÓN ONLINE
Por otra parte, y para hacer frente a los grandes problemas del aumento de población envejecida, un factor que pueda llegar a ser fundamental es el mercado online.
Debe seguir mejorando este tipo de mercados de alimentación. Frente a los problemas de transporte para muchos consumidores o las dificultades de adquirir productos realmente sostenibles, el mercado de alimentos on-line debe ser la solución.
La industria es consciente de que ahora mismo el mercado online de alimentos sigue sin ser tan rentable como debería. Los productos frescos, el sobrecoste de los alimentos y el sistema actual de supermercados son unos de los grandes problemas del progreso de este mercado.
Amazon nos ha demostrado que, con su alta competitividad logística, podemos tener prácticamente cualquier producto que necesitemos en poco más de 24 horas. La industria de la alimentación debe estar a la altura. Tratar de dar una alternativa online, que facilite los procesos, que reduzca los envases y que sea accesible para toda la población.
I + D, EL GRAN PROPOSITO DE LA INDUSTRIA
Evidentemente, frente a este cambio de paradigma donde se empiezan a ver brotes verdes en muchas empresas, la industria tiene un papel fundamental.
Con la ayuda de los científicos, nutricionistas, médicos y en definitiva expertos del sector, se deben fundamentar los sistemas y valores que van a conducir este gran cambio.
La industria debe seguir mejorando las tecnologías, invertir en I+D para perfeccionar el nuevo modelo. Solo de esta manera se podrá llevar la transición de una manera sostenible, sin un gran impacto en la propia industria, ni en los clientes.
Es clave que la implantación del nuevo modelo sea correcta, con una base sólida. El talento dentro de la investigación y desarrollo de la alimentación debe actualizarse permanentemente, encontrando la respuesta a todos los problemas que irán surgiendo durante este cambio. Las aristas del problema serán resueltas de una manera pragmática cuanto más se invierta en I +D.
EDUCACIÓN ALIMENTARIA
Por último, creo que debemos hacer una reflexión final sobre el papel que jugamos como clientes.
El cambio de paradigma, la tecnología, nuevos métodos, futuros sistemas, sostenibilidad, eficiencia… No hay duda de que todos estos conceptos son fundamentales, pero ¿de qué sirven si el consumidor no tiene la educación correcta? ¿de qué sirven si la población no es consciente del punto al que estamos llegando?
La sociedad como cliente es el último eslabón de esta gran cadena de cambio. Es necesario que tengamos una educación e información acertada. Debemos ser conscientes del papel que jugamos. Desde saber leer las etiquetas de cualquier producto, hasta diferenciar de una forma automática todas las formas de reciclaje. Todas estas acciones son las que determinarán el resultado final. Sin ello, el cambio y los nuevos sistemas de alimentación pueden quedarse en la orilla.
Si la sociedad consigue ser parte fundamental del cambio, la industria entenderá que la demanda actual no es otra que aquella que se base en la sostenibilidad y la ecoeficiencia. Nuestra respuesta a los mercados actuales, mediante una educación e información potente pueden ser el impulso que falta y además, un gran resultado final.
Debemos reflexionar de igual manera sobre si la educación alimentaria no debe formar parte de nuestro sistema educativo actual. Nuestra alimentación y todo su entorno es algo que forma parte de nuestro presente y que formará, por siempre, parte de nuestro futuro. Desde las administraciones y gobiernos se deben hacer eco de todo este movimiento, para que entiendan que también pueden tener un papel protagonista en el devenir de la alimentación. Las escuelas se podrían llenar de nutricionistas y expertos del sector que facilitaran el cambio para todas las nuevas generaciones. Y de igual manera, fomentar el número formaciones alimentarias para las personas más adultas. Conseguir que todos nos concienciemos de lo que compramos, comemos y desechamos.
Como conclusión, podemos entender que todos los factores del cambio tienen una serie de dificultades que parecen crear un ambiente de confusión y espera. La realidad es que solo se podrán superar si la industria, expertos, gobiernos y población conseguimos ir de la mano. Es un reto para todos nosotros.
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