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Cinco emprendedores “Made in ESIC” participan en el HUB Talento Emprendedor, organizado por la Unidad de Desarrollo Profesional de ESIC Barcelona
El pasado 5 de junio, ESIC Barcelona convocó a cinco de sus emprendedores “Made in ESIC” para la celebración del HUB Talento Emprendedor, una mesa redonda en streaming con cerca de 50 participantes interesados en mundo de la start-up y el emprendimiento. El encuentro estuvo moderado por Bianca Morini, Directora de la UDP del Campus de Postgrado, y por Laia Compte, Coordinadora de la UDP y Movilidad Internacional del Campus Universitario. Los protagonistas, antiguos alumnos tanto del área de Grado como de Postgrado, compartieron sus experiencias como creadores de sus propias ideas de negocio, así como consejos para aquellos interesados en seguir sus pasos.
El primero en intervenir fue Adrià Aymerich, Alumni del Título Superior en Dirección de Marketing y Gestión Comercial y actual Business Development Manager y Co-fundador de la empresa Loading Corp. Tras conocer a su socio Paul Gonzálvez durante sus estudios universitarios en ESIC, quisieron lanzar al mercado una idea de negocio que estuvieron incubando durante casi tres años: una consultoría de marketing digital especializada en el sector LifeScience, que vio la luz en el 2017. En estos tres años de recorrido, Aymerich tiene claro cuál es el principal requisito para que una idea de negocio pueda despegar: “saber exactamente cuál es el servicio que ofreces, que sea especializado y que tenga un target concreto”. Más allá de este primer paso, las claves que desvela Aymerich para hacer posible su continuidad vienen en forma de recomendaciones: en primer lugar, formar un equipo humano complementario e igualmente motivado en el proyecto; en segundo lugar, perseverancia ante las frustraciones –que son inevitables– y, por último, “aprender a vender y aprender vendiendo”.
Neus Valeta, Alumni del Master en Dirección de Comunicación y Publicidad [MPC] y actual Social Media Executive en Onion Agency, compartió su particular experiencia de varios años como autónoma en distintas empresas. “Aunque no he fundado ningún negocio, sí que es cierto que la figura del freelance comparte muchas similitudes con el emprendedor, como por ejemplo la resiliencia ante la incertidumbre”, comienza Valeta. Tras seis años trabajando como freelance en el sector de la comunicación, bien puede afirmarlo. “Acabé el MPC en ESIC y después de 15 días me vinieron a buscar, pero toda mi experiencia previa con distintos clientes, diversas agencias e infinidad de proyectos es la que me han ayudado a forjar el carácter fuerte y la pasión que caracteriza a todo emprendedor”.
Otro antiguo alumno del MPC de ESIC, Aritz López, también supo encontrar su sitio como emprendedor joven con el proyecto Gik Live!. Su modelo de negocio se basaba en reinventar un producto tan tradicional como antiguo: el vino. En un mercado saturado de competencia, López y su equipo supieron encontrar su “océano azul” precisamente tomando como punto de partida este color. Así pues, en una industria ancestral como es la vinícola, la clave estaba en investigar otras variables para innovar tras una nueva y rompedora imagen, materializada en forma de vino azul. Pero no solo el color cambiaba en la cartera de productos de Gik Live!; también su sabor –adaptado a diversas experiencias gustativas– y su presencia en el mercado: un branding muy ligado a las redes sociales para llegar a un target juvenil y desenfadado. Para López, el primer paso para emprender con éxito es apoyarse en unas sólidas bases adquiridas mediante la formación: “podrás ir muy rápido emprendiendo, pero sin el aprendizaje necesario no llegarás lejos”, concluye.
Por su parte, María Sánchez, CEO y fundadora de Asirox, se planteó emprender en un momento de cambio personal motivado por su reciente maternidad. Aunque su producto no representaba ninguna innovación, Sánchez vio la oportunidad de incursionar en el mercado presentando un enfoque más personalizado y cercano. Esta antigua alumna del Master en Dirección de Marketing y Gestión Comercial [GESCO] afirma que no todo emprendedor debe ser revolucionario, pues “a veces el mercado no está preparado para entender una idea que rompe todos los esquemas; hay que esperar el momento adecuado y saber qué necesita tu público”.
En último lugar, Adrian Gerardi, también antiguo alumno del GESCO, compartió su experiencia como CEO y fundador del grupo de restauración 9Reinas. Tras la crisis del 2008 y después de varios años dedicados a la industria farmacéutica, Gerardi reunió a su familia entorno a un proyecto basado en la gastronomía argentina: abrir un restaurante especializado en carnes selectas provenientes del país sudamericano en pleno centro de Barcelona. No obstante, el equipo dirigido por Gerardi no se contentó con un solo establecimiento; pocos años después abrieron un segundo restaurante y una tienda especializada en carnes y, posteriormente, incursionaron en el mundo del catering y la hostelería. Sin embargo, expandir el negocio también es una manera de arriesgarse y atraer mayores dificultades, explica Gerardi. Por este motivo, señala el hecho de forjar un buen equipo como la única manera de atravesar las turbulencias de emprender. “A los socios los conoces no cuando repartes dividendos, sino cuando te viene un inspector de calidad y te dice que algo está mal”, señala. La receta aprendida durante estos años al frente de 9Reinas contiene dos ingredientes estrella para triunfar emprendiendo: la ilusión y la tenacidad. Precisamente, en un momento de fuerte crisis para el sector horeca, el grupo va a continuar su expansión con la comercialización de parrillas para el hogar, con el fin de trasladar su experiencia gourmet a las cocinas particulares de los amantes de la carne argentina.
Aunque cada testimonio presentó su particular visión del viaje que supone crear un negocio desde cero, los cinco protagonistas del encuentro coincidieron en muchos de los aspectos clave para ello. Capacidad de adaptación, formación constante en un mundo que cambia a velocidad de vértigo, persistencia y grandes dosis de motivación. Mismos componentes para una infinidad de iniciativas, todavía por desarrollar, en el amplio mar que supone emprender.